Prácticamente se le cayó la mandíbula al oír las palabras del director. Sus ojos, abiertos en su totalidad y fijos en la persona sentada detrás del escritorio, reflejaban un enorme desconcierto, sin comprender la razón de aquel, a su parecer, injusto castigo. ¿Qué había hecho mal?, había mejorado su comportamiento, sus calificaciones iban en ascenso y no recordaba haber golpeado a nadie. ¿Qué había hecho para terminar siendo suspendido?, ¿por qué lo miraba como si hubiera cometido un crimen?, ¿por qué?. Las preguntas seguían acoplándose en su cabeza sin encontrar respuesta a ninguna de estas. Estuvo a punto de protestar, exponiendo su fuerte carácter que ya bien todos conocían, pero prefirió mantener silencio, aferrándose a los bordes de la silla hasta que sus nudillos se pusieron blancos por la fuerza ejercida.
— ¿Por qué, exactamente, estoy suspendido? — Formuló la pregunta intentando mantener un tono de voz mesurado que contrastaba con su indignada expresión. —
El director se aclaró la garganta y en silencio giró su notebook en dirección al estudiante para que mirase la pantalla y aquello que, al parecer, era la causa de su enfado.
Sus ojos escanearon la pantalla y un escalofrío recorrió su espina dorsal. Tragó saliva y alzó la mirada hacia el director, dejando en evidencia frente a esa severa mirada su notorio estado de nerviosismo.
— ¿Puede decirme qué ve en esa pantalla? — Preguntó luego de un rato el adulto, apoyando ambos codos sobre la mesa a la vez que entrelazaba sus dedos. —
— Un video... — Respondió entre dientes el menor. —
— ¿Y quién aparece en ese video?. —
Antes de responder observó con atención el video que se reproducía en la pantalla con el volumen bajo, aunque no necesitaba escuchar, en su cabeza recordaba perfectamente el bullicio de ese día.
— Yo... — Confesó, agachando la mirada con cierta vergüenza y rabia que bullía por sus venas como lava. —
Efectivamente, aquel video mostraba a Yuri sujetando una escoba mientras le propinaba una paliza a la estúpida serpiente de Denys. La mano de su superior se deslizó por encima del teclado y le subió el volumen; ahora podía oír con claridad su voz gritando injurias hacia la persona que estaba en el piso y se cubría la cabeza, reclamando y aullando de dolor. No pudo evitar sonreír con cierta malicia al oír esos gemidos de dolor y ese lloriqueo que recordaba con tanta claridad, teniendo que disimular su macabra alegría tosiendo.
De lo que no se percató en ese momento, ya que se encontraba demasiado enfocado en partirle la cara a esa escoria, fue de las risas y vitorees que escuchó en la misma grabación de algunas personas que los rodeaban, así como también algunas que parecían desaprobar por completo el comportamiento del rubio, pero ninguno hizo nada para detenerlos. Si Mila y Otabek no hubieran aparecido, seguro esa escoba terminaba metiéndosela por el...
El hombre se levantó de su asiento haciendo sonar su silla, cosa que obligó a Plisetsky a cerrar los ojos por el rechinar de la madera contra el suelo al ser arrastrada. No tenía que mirar directamente sus acciones, cada paso que daba retumbaba en la espaciosa oficina, haciéndose cada vez más fuertes a medida que se aproximaban al menor hasta que se detuvieron detrás de su silla. Se sentía completamente indefenso, no podía negar ninguna acusación, la evidencia estaba ahí, en internet, a la vista de todo el jodido mundo.
— ¿Sabes lo grave que es esto? — Dijo pasando su brazo por encima del hombro del adolescente, así poder alcanzar el teclado y colocar pausa a todo ese bullicio. —
— Usted no entiende, déjeme explicarle... — Se giró por fin para encararlo, pero nuevamente sintió un escalofrío al ver su indignado rostro. —
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Steady Love
FanfictionCon la trágica pérdida de sus padres y una terrible pena que lo consumió en silencio, Yuri Plisetsky se encerró hasta perder contacto con el exterior. Su abuelo y único familiar con vida, dueño de una florería, lo rescató y jaló nuevamente hacia l...