Estaba seguro de haber escuchado correctamente las palabras del más bajo a pesar del bullicio que había en el local. Viktor lo miró con enorme sorpresa, sus ojos azules brillaron y una risa nerviosa brotó de sus labios, teniendo que ladear la cara y cubrir su boca. Se sentía como un adolecente de nuevo, su corazón, lleno de energía como nunca, brincaba de puro júbilo y su cuerpo experimentó sensaciones que hace tiempo había olvidado. La piel erizada, estómago hecho un revoltijo de emociones, mejillas acaloradas y ritmo cardiaco por las nubes. ¿Así se siente estar enamorado de alguien?, porque jamás, ni siquiera con la más maravillosa de sus creaciones artísticas, se había sentido tan feliz en su vida.
Por otro lado, Yuri frunció el ceño al ver la reacción contraria, ofendiéndose cuando lo vio girar levemente el rostro y cubría su boca para evitar la risa. La vergüenza se apoderó de él y no tardó en reclamarle, logrando que Viktor volviera a fijar su mirada en el enrojecido rostro del pequeño rubio.
- Lo siento... - Se disculpó, pero la enorme sonrisa seguía fija en sus labios - Es sólo que estoy muy feliz - Confesó dejando su vaso de café en la mesa más cercana y terminar inclinándose para besar los labios del menor, rodeando con los brazos su fina cintura y cortar toda distancia entre sus cuerpos. -
Viktor había estado con muchas personas anteriormente con las cuales había establecido cortas relaciones que no iban más allá del sexo. Mujeres, hombres, no importaba si para el artista esa persona era hermosa y podía retratarla sobre su lienzo, pero nunca pudo encontrar en ellas la verdadera belleza que él estaba buscando. Por supuesto que todos sus modelos poseían ese atributo digno de ser admirado por el albino, pero era solo su exterior, y Viktor quería más... Por eso siempre terminaba aburriéndose de ellos, sintiéndose vacío nuevamente, encerrándose en su taller para destruir todas esas obras que carecían de aquello que buscaba con desesperación. Se dio cuenta que por más bella que esa persona fuese no era suficiente, porque no le provocaba nada... Pero, ¿qué faltaba?.
Fue entonces cuando ese hermoso adolecente, poseedor de hermosos ojos verdes y rostro angelical, llegó a su vida. Halló en él lo que tanto había estado buscando, se sintió atraído de forma instantánea por su belleza, poseía un aura tan brillante y pura que dejaba embelesado a todo aquel que cruzara mirada con esas flameantes esmeraldas. Debía admitir que fue en ese momento cuando su obsesión por aquel muchacho había iniciado, no pasaba un solo día sin pasearse frente a la florería para verlo aunque fuese por un rato, regresar a su departamento y comenzar a hacer bosquejos de su sonrisa, sus ojos, su rostro; cada expresión había quedado grabada de forma detallada en su memoria como si fuese una fotografía. Cuando se dio cuenta ya había llenado su taller con ese hermoso rostro, en hojas de dibujo o sobre su lienzo con óleo y acuarelas. Admiraba con fascinación su trabajo, sus ojos brillaban y sentía que por fin lo había encontrado... Por primera vez su corazón latía con pasión al ver sus obras, sonreía y se sentía lleno de vida.
Y fue entonces cuando se dio cuenta que se había enamorado de aquel chico. Eso era lo que había estado buscando... Amor, un sentimiento tan desconocido para él quien estaba acostumbrado a la soledad, bastó una mirada de esos preciosos ojos verdes para cambiar su mundo y llenarlo de colores. Lo que en un principio parecía ser una obsesión termino siendo algo mucho más profundo.
- ¿Viktor? - Lo llamó Yuri luego de un rato de silencio mientras el albino lo abrazaba con fuerza - Oye... Aún estoy esperando una respuesta. -
El mayor espabiló y se apartó para mirarlo, riendo al notar la expresión de reproche en el rostro contrario por la demora en su respuesta.
- Lo siento... -
- Ya dijiste eso... - Murmuró con notoria molestia - Y no es precisamente lo que quiero oír- Se apartó y dejó su vaso de café, que por suerte logró zafar del abrazo, sobre la misma mesa donde se encontraba el otro. -
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Steady Love
FanfictionCon la trágica pérdida de sus padres y una terrible pena que lo consumió en silencio, Yuri Plisetsky se encerró hasta perder contacto con el exterior. Su abuelo y único familiar con vida, dueño de una florería, lo rescató y jaló nuevamente hacia l...