Se despertó temprano esa mañana, algo inusual para ser domingo, día que la florería abría más tarde y acostumbraba a dormir más de lo usual. Salió de su habitación, vistiendo una chaqueta de cuero y jeans rasgados, peinado con una media cola y la mochila colgando de su hombro listo para salir. Saludó a su abuelo, acercándose al mesón de la cocina para agarrar una de las manzanas que el anciano picaba para el desayuno, el cual siempre estaba listo antes de que Yuri se levantara; era algo usual en el anciano, aún cuando podía seguir durmiendo unas horas más, él ya estaba programado para despertar temprano y preparar el desayuno para su nieto.
Yuri le dio un gran mordisco a la jugosa y ácida fruta de color verde brillante, lamiéndose los labios encantado por el fresco sabor.
- ¿Qué me dijiste que tenías que hacer? - Preguntó, mirando con atención como su nieto cargaba la mochila con un par de frutas más mientras sujetaba la manzana que ya se estaba comiendo con la boca, agarrándola con los dientes-
- ¿Mm? - Los ojos verdes del menor se enfocaron en el adulto, cerró la mochila, se sacó la manzana de la boca y tragó el pedazo que había arrancado con los dientes - Te lo dije ayer, ¿no?. -
La noche anterior, antes de acostarse, fue a la habitación de su abuelo para contarle sobre un "proyecto" que debía hacer para la escuela junto con Otabek que, a pesar de no pertenecer al mismo grado, había ofrecido su ayuda; sin embargo, su misión era otra, debía servir como coartada casi siendo obligado por el rubio, y el kazajo no logró negarse al oír la desesperación en la voz de su amigo. Por mucho que le fastidiara el hecho de tener que cooperar con los planes de su amigo, más aún cuando Nikiforov estaba involucrado, accedió sólo por Yuri, porque sabía que Nikolai se rehusaría si su nieto y ese artista se juntaban para alguna otra "sesión de arte" a solas, ya que aún no olvidaba el incidente anterior.
Le explicó a su abuelo que necesitaría todo el domingo para poder realizar su tarea a la perfección, por ende, no sabía a qué hora terminaría, prometiéndole que lo llamaría si se le hacía muy tarde. El adulto mayor no tuvo problemas en darle autorización para faltar al trabajo y encargarse de su proyecto para la escuela, y más feliz estaba porque Otabek estaría con él. Hace tiempo que no los veía salir juntos, considerando que eran muy buenos amigos, a demás de que le agradaba mucho aquel chico de ruda apariencia pero que en realidad era muy calmado, educado y responsable; sin duda, su presencia era una buena influencia para su, muchas veces, sublevado nieto.
Revisaba el reloj del celular impaciente mientras masticaba otro pedazo de manzana hasta terminarla con dos grandes bocados. Otabek aún no llegaba y Viktor le había dicho que pasaría por ellos a las 9:00 de la mañana... ya eran las 8:30, y el tiempo seguía corriendo. Su teléfono vibró, y un suspiro de alivio brotó de sus labios al ver un mensaje de su amigo anunciando su llegada.
Plisetsky bajó a recibirlo con una amplia sonrisa, agradeciéndole nuevamente por su ayuda, y aunque el moreno seguía en desacuerdo le dijo que no era nada, pero que no volviera a involucrarlo en sus planes de pareja; muy bien sabía el otro que seguía sin simpatizar con Viktor.
Nikolai recibió Otabek con una sonrisa, ofreciéndole algo de beber mientras él terminaba de preparar un exquisito sharlotka*, otra de sus especialidades aparte de los Piroshkis. Todas esas manzanas que Yuri se había estado tragando eran para aquel pastel, así que el anciano no tuvo más remedio que prohibirle seguir comiendo o lo dejaría sin nada de relleno.
- Es una lástima, no podrán probar este delicioso pastel - Comentó el anciano terminando de decorar con manzanas la superficie del esponjoso biscocho - Prometo guardarles un pedazo. -
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Steady Love
FanfictionCon la trágica pérdida de sus padres y una terrible pena que lo consumió en silencio, Yuri Plisetsky se encerró hasta perder contacto con el exterior. Su abuelo y único familiar con vida, dueño de una florería, lo rescató y jaló nuevamente hacia l...