Tocando Fondo

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Despertó con un dolor agudo en la cabeza, frunció el ceño he intentó abrir los ojos, pero incluso ese mínimo movimiento hizo que un quejido agudo escapara de sus labios, y entonces recordó, la habían golpeado como a un animal en la cabeza.

Cuando logró abrir los ojos, parpadeó unas cuantas veces para aclarar su vista, intentó llevar las manos a sus ojos para refregarlos un poco, pero algo las mantenía atadas tras su espalda.

— Jodeeer~ Odio estar atada... o al menos en estas circunstancias — Sonrió ladina pensando en la posibilidad de dejar que un día de esos Jimin la atara.

Repasó la habitación, la cual estaba adornada de forma elegante, un escritorio de madera oscura estaba frente a Yoon Ji, detrás de éste había un asiento giratorio de cuero, en las paredes cuadros que valían más que el sueldo de un trabajador promedio hacían del lugar algo frío y demasiado estirado para el gusto de la peli negra.

Bajo su mirada y repasó su cuerpo, estaba sujeta a una silla demasiado incómoda que hacía que le doliera el trasero, por su cuello, apenas podía divisar algo de sangre, aquel simio le había dado más fuerte de lo que había creído.

— Bueno... al menos sigo con ropa — Se conformó sarcástica.

— Pero no por mucho, cariño — Levantó la vista y vio como un tipo en traje con pinta de gánster se le quedaba mirando cuando entraba a la habitación.

— Bonita oficina, aunque tu cabeza adornando las paredes le daría un toque único — Sonrió Yoon Ji con malicia.

— El día de la fiesta no hablabas tanto... aunque me gusta esa actitud arisca — Tomó asiento en la silla de cuero.

— Es una lástima que sea lo único que veas antes de morir — El hombre levantó ambas cejas incrédulo, apoyó ambos codos en el escritorio y apoyó su barbilla en sus manos, las cuales estaban entrelazadas.

— ¿Y qué te hace pensar eso? — Preguntó el hombre.

— Bueno... no sé si te habrás dado cuenta, pero tengo un novio algo celoso — Rió mostrando sus encías — Aunque a juzgar por lo que veo de tu nariz rota debes recordarlo, ya que te partió la cara.

— Por supuesto que lo recuerdo, el cabrón que no supo cuidar a su zorra — Se levantó de la silla y rodeó el escritorio hasta apoyar su trasero en él, mirando de frente a Yoon Ji.

— Ve al grano... ¿qué quieres? — Cualquier rastro de diversión del rostro de la chica desapareció en un instante.

— A ti.

— Imposible, ya tengo dueño.

— No estoy preguntando, lo que quiero lo tomo, así de simple — Se acercó a Yoon Ji y con su mano derecha levantó su rostro tomándola de la barbilla.

— Yo no estaría muy segura de ello... la última vez saliste perdiendo — Le sonrió.

— Pero esta vez nadie va a venir a ayudarte... estás sola.

— Mira viejo, sé que soy irresistible, pero me parece patético lo que estás haciendo — Sopló hacia arriba para quitar el flequillo de su frente.

— No se trata de que me gustes — Rió sarcástico — Se trata de mi orgullo, además... mataste a gran cantidad de mis hombres, ahora me lo debes.

— Tú jugaste sucio primero, estamos a mano, no te debo nada.

— No es tan simple, mi tío dio órdenes estrictas de romperte en dos por todo el drama que le hiciste pasar... ¿no crees que el destino es un cabrón?

Una chica llamada Min Yoon Ji | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora