Una chica llamada Min Yoon Ji | YoonMin

Isla

Maratón 2/5

Con cuidado tomé el álbum entre mis manos, temía que si era muy brusco terminara rompiéndose, por lo que sequé mis lágrimas e intenté enfocar la vista con mis hinchados ojos.

Abrí la tapa y logré identificar una fotografía de Yoongi con su madre, calculaba que tenía apenas unos dos años.

¿Quién iba a pensar que Min Yoongi también tenía abultadas mejillas cuando pequeño?

Seguí pasando las hojas y sonreí por primera vez en horas al darme cuenta de todo lo que la madre de Yoongi tenía planeado, habían pequeñas notas por las esquinas, fotografías de todas las comidas que quería probar, y lugares a los que quería ir.

Finalmente llegué a la página donde se mostraba la imagen de la famosa isla de la que Yoongi hablaba, se veía que era realmente hermosa, y me sentí triste al pensar en que la señora Min jamás cumpliría su sueño, jamás logró ser feliz.

Pero quizás fue un impulso, o mera intuición lo que me llevó a pasar a la siguiente página, y lo que vi me hizo soltar un quejido audible.

Las fotografías no terminaban allí, más adelante, adornado con colores y dibujos pequeños estaban decenas de imágenes que tenían por protagonistas a Yoongi, la señora Min y mi tío Kwon.

Mordí mi labio inferior e intenté con todas mis fuerzas terminar de ver las páginas, se veían tan felices, llenos de sonrisas, que incluso me dieron deseos de haber compartido esos momentos juntos a ellos.

Finalmente llegué a la última página, donde una letra perfectamente cuidada llamaba la atención al centro de la blanca hoja.

Siempre pensé que mi felicidad sería escapar de este lugar, tomar a Yoongi y marcharnos lejos donde nadie nos reconociera, pero estaba terriblemente equivocada.

Mi felicidad siempre estuvo con él, solo que el miedo jamás me dejó ver más allá.

Creo que merezco una nueva oportunidad, la merecemos, y a pesar de vivir una vida llena de tristeza y desasosiego, hoy puedo decir que estos meses he logrado ser tan feliz que me doy por pagada.

Tengo un hijo precioso, con un alma tan buena que mi pecho se infla de orgullo.

Tengo un amigo que me ha apoyado en todo este proceso y que ha sabido mantenernos de pie como una pequeña familia, la cual es más que suficiente para mí.

Espero de todo corazón que algún día Yoongi también encuentre su propia felicidad, así como yo encontré la mía a pesar de jamás haber escapado de aquí, porque aunque quizás me demoré un poco, al fin me di cuenta de que mi único y verdadero hogar es Yoongi.

Solté el álbum de mis manos y cerré mis ojos mientras intentaba regular mi respiración, las lágrimas parecían no acabar, y el horrible dolor en mi pecho se acrecentaba cada vez más.

Yoongi jamás quiso ver el álbum de su madre, pero si lo hubiese hecho, se habría dado cuenta de que ella si había logrado la felicidad.

Si hubiese leído esas últimas palabras nada de esto hubiese sucedido, si tan solo hubiese tenido el coraje de abrir las memorias de su madre, Yoongi aún seguiría con vida.

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