Capítulo 1

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Milán, Italia seis meses después...

- ¿Puedes explicar que rayos significa esto, Gabriela? – Rugió, literalmente rugió su padre desde la cabecera de la impresionante mesa de caoba en la sala de juntas. Gabriela dio un respingo en el asiento y miró a su padre totalmente confundida. Había llegado tarde y enseguida había sentido una terrible tensión, sus hermanos estaban con los ceños fruncidos y mortalmente serios, su madre tenía cara de funeral y su padre al igual que los demás que afortunadamente solo eran sus hermanos y su madre y no toda la junta directiva, le habían dirigido sendas miradas asesinas al llegar, a lo cual había parpadeado con confusión ¿Qué hice? Se preguntó inmediatamente, repasando lo que pudiera haber provocado semejante reacción pero lo cierto era que no recordaba una reacción tan exagerada a algo que hubiese hecho, seguramente se trataba de un error. Pero al sentarse su padre le había dicho aquellas palabras.

- Si me dijeras de que se trata padre, estoy segura que podré explicarlo. – Le respondió con cautela.

- Así que estás segura que puedes explicarlo – Le dijo su hermano Alexéi, el mayor, con voz dura y ella acostumbrada a ser el objeto del cariño de sus dos hermanos a pesar de que a veces podía ser un verdadero incordio para ellos y viceversa, y a pesar de que peleaban gustosamente, ese tono de voz no lo había recibido así que se puso más tensa todavía.

- He dicho – repitió empezando a enfadarse – Que si me dicen de que maldita cosa me acusan puedo explicarlo.

- No hables así delante de Mamá – Le reprochó Román, el segundo de sus hermanos con voz de hielo.

- He oído cosas peores salir de la boca de Gabriela – Dijo su madre – Y la he visto hacer cosas muy locas, pero esto es sencillamente inaudito – Remató la bella Sascha con gesto de consternación. Para esas alturas Gabriela estaba al borde, a punto de gritar con todas sus fuerzas, cosa que nunca había hecho, gritar en la sala de juntas, si. Pero no con todas sus fuerzas.

- Creo que voy a gritar – Siseó a punto de hacerlo.

- ¿Podrías decirnos por qué se niegan a hacer negocios con nosotros en Durban? – Preguntó su padre con gesto de muerte.

- ¿Du...Dur...ban? – Tartamudeó empezando a comprender y sintiendo que el color abandonaba su cara. Un frió la recorrió y tragó saliva discretamente.

- Veo que sabes de que va todo esto ¿verdad? – Tronó Darren Kensington.

- Fue ahí donde pasaste tus vacaciones de dos meses ¿No es así? – Preguntó Alexéi.

- Sí, fue allí pe... pero... - ¿Por qué no podía dejar de tartamudear?

- ¿Qué hiciste esos dos meses Gabriela? – Siguió su madre.

- Yo... - Intentó contestar Gabriela.

- No, no lo digas – Dijo con sarcasmo Román- Exploraste la zona, compraste tapetes, artesanía local y te enredaste con uno de los Príncipes del País.

- ¿Qué yo qué? – Gimió ella ¿Príncipe? Ella no conoció nunca a nadie de la familia real de Durban; León era un Jeque, familiar lejano de la realeza del País, no era ningún Príncipe.

- El cual reclama que regreses a su lado – Siguió furioso su padre – Porque da la casualidad que tú, mi querida y caótica hija que si no lo haces, se nos va de las manos este contrato el cual sabes perfectamente que es de vital importancia para nosotros.

Inolvidable Pasión (Saga Amores Inolvidables 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora