Él tenía su posesivo brazo sobre su cintura. Ella quería levantarse y despejar un poco su mente, se sentía llena de una poderosa energía, quería liberarla un poco antes de que fuera ella la que le saltara encima. Sí, era orgullo y sí, también él se lo merecía. Pero, no se arrepentía de haber despertado su león interior, aunque hubiera sido de esa manera, a estas alturas había sido la única forma. Le había hecho gozar y recordar el por qué solía dejarla en una nebulosa sensual mucho tiempo después de haber apartado sus manos de ella. León jamás dejaría de afectarla, de trastornarla, de volverla loca y no creía jamás tampoco dejar de amarlo. Su relación tenía muchos problemas aun, nada había sido sencillo entre ellos y todavía tenían un largo camino por delante. Por lo pronto, ella necesitaba alejarse unos minutos de esa cama y sobre todo ahora que recordaba, quería saber sobre su primo. Lo había olvidado por completo.
Puso su mano sobre el brazo que la apresaba y tan solo tocarla la hizo ser mas consciente del tacto de esa mano sobre su cintura, poco a poco empezó a sentirse arder. Molesta consigo misma apartó el brazo no sin esfuerzo. Vio la hora en su móvil y era pasada la media noche. Se deslizó por la cama y fue al baño usando una sabana como única ropa, donde vio el desastre que era su maquillaje y esbozó una sonrisa divertida, vio el reflejo de unos ojos brillantes y jubilosos que tenía mucho de no ver y suspiró temblorosa al saber el por qué. No tenía nada con que desmaquillarse allí, así que con cuidado salió de la habitación y evitó ver al magnifico ejemplar masculino que yacía en la cama y fue a su propio baño donde se quitó el maquillaje, lavó su rostro y dientes y se metió a la ducha, pues siempre antes de dormir tomaba un baño por lo que decidió hacerlo aunque ya había estado en la cama aunque no precisamente durmiendo la mayor parte del tiempo, se recogió el cabello en un improvisado moño alto y entró en la ducha cerrando la puerta corrediza. Sintió leves molestias en sus músculos al sentir el agua correr por su cuerpo, esos que no había usado desde que había estado con León hacía tantos meses. De pronto las luces del baño se apagaron y ella dio un respingo, se volvieron a encender y escuchó la suave risa burlona de León.
- Vas a matarme. –le dijo ella con los dientes apretados.
- No era mi intención. –deslizó con una mano la puerta. Iba desnudo y ella tragó saliva obligándose a no reaccionar. Cerró brevemente los ojos para toparse con una mirada encendida cuando los abrió.
- Quiero darme una ducha... sola. – Mentirosa. Se dijo sintiendo calor pese a que seguía el agua cayendo sobre ella.
- Mentirosa. –le dijo él entrando y repitiendo lo que ella misma se había dicho, la ducha era espaciosa pero sin duda no tanto como para que él estuviera allí.
Siempre llenaba todo con su presencia pensó ella. Dio un paso atrás quedando pegada a la pared.
- Ven aquí. No tienes mucho a donde ir ¿no?
- Ah, pero es que ¿quieres más? –preguntó burlona fingiendo que le importaba poco.
- Siempre querré más de ti. –la tomó por las caderas y la alzó, ella enlazó sus piernas a su alrededor.
- Ya sabes que es mi primo ¿verdad? –la mención de Víctor pareció enfurecerlo.
- Se atrevió a tocarte... -le dijo mordiendo su cuello nuevamente solo que esta vez lo hizo con poca delicadeza, ella se quejó audiblemente, pese a que la encendió.
- Eso hace la familia, tocarse, darse abrazos. –espetó, él buscó su boca para callarla y ella le dejó, solo que a mitad del beso tomó con fuerza el labio inferior de él y mordió. Un hilillo de sangre salió de su boca y ella se arrepintió un poco. Vio que se limpiaba con la lengua y el gesto fue tan sensual que ella mismo buscó su boca de nuevo para besarle, él hizo su cabeza hacia atrás.
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Inolvidable Pasión (Saga Amores Inolvidables 3)
RomanceGabriela está en un lío enorme. Un arrogante Príncipe Árabe asegura que están casados, ella jamás supo que era Principe, jamás supo de tal ceremonia, solo recuerda el dolor de haber tenido que dejarle. Pero no contaba con que él no lo deja nadie, él...