Capítulo 27

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Bueno, esto ella no se lo había esperado, no mucho en realidad. Y claro, no era culpa de nadie de los presentes. Eso intentaba decir, pero todo el mundo se había vuelto un poco loco a su alrededor.

- Tacleaste a Fátima. –decía Azima algo pálida a Baasima.

- ¿Y que rayos esperaba que hiciera?

- Gabriela tenía controlada la situación.

- ¿Cómo podía saberlo? Además ¡No la tacleé!

- ¿Entonces porque estabas encima de ella?

- ¡Por qué vi que iba a sacar algo de su túnica!

- ¿Acaso era un arma? –preguntó Habiba también alterada.

- No esperé a ver qué era.

- Claro que no... -gimió Azima y se sentó al lado de Gabriela quien sostenía un pañuelo sobre su labio. -¿estás bien de verdad?

- Era una daga. –dijo entonces Gabriela y todo el mundo enmudeció. Y vaya que tenia medio mundo en la habitación. Sus primas, Jazmín, dos de sus guardaespaldas, otros cuatro hombres que alguien le dijo eran secretarios y que habían entrado al oír el tumulto. Todo el mundo estaba espantado y solicito y ella tenia de pronto un terrible dolor de cabeza. – Nadie le ha avisado a León ¿verdad? – preguntó de pronto recordando a su esposo y su carácter. No quería más escandalo, al menos no allí.

- Amir ya lo sabe. –dijo Jazmín que lucía muy preocupada.

- ¡Oh, por Dios! –gimió Gabriela y puso su cabeza sobre el respaldo del sofá.

- ¿Intentó matarte? – Azima hizo la pregunta con ojos muy abiertos. A lo lejos escuchó el ruido de muchos pasos y de órdenes dadas por Amir y por otra voz muy familiar. Gabriela quería desmayarse en ese justo momento.

Minutos antes...

- La Princesa Fátima. Ella está aquí, en su oficina. –Jazmín anunció.

- Voy enseguida. –Gabriela se levantó y sus primas hicieron lo mismo.

- Vamos contigo. –dijo Habiba.

- Me temo que no, ella quiere verme a mí y lo que menos quiero es que piense que pretendemos emboscarla o algo así.

- Pero es ella la que ha venido.

- Déjalo así Baasima. –intervino Azima. –Aquí estaremos si nos necesitas. Gabriela asintió y caminó hacia su oficina. Abrió la puerta y vio a Fátima contemplando todo con evidente desprecio reflejado en su rostro.

- ¿En que puedo ayudarte? –dijo y cerró la puerta. -¿Has decidido unírtenos? –preguntó con toda la amabilidad que pudo imprimir en su voz.

- ¿Acaso tengo cara de estúpida? –respondió con acidez girándose hacia ella.

- Bien, ¿Qué deseas entonces? –dijo y se sentó invitándole con un gesto a hacer lo mismo.

Inolvidable Pasión (Saga Amores Inolvidables 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora