Capítulo 15

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Gabriela se sentía flaquear, que fácil era perdonar cuando se estaba enamorada. Sabía que León aunado a su personalidad fuerte tenía todo un arsenal seductor y que pese al poco tiempo juntos, conocía mucho de ella. No dudaba que le daría todo lo que quisiera. El problema no eran las cosas materiales, esas no conseguirían doblegarla y ceder. El problema era cuando él hacía cosas más allá, que la movían por dentro, que la hacían anhelar y desear un matrimonio normal al lado del hombre que amaba.

Que hubiera reforzado sus conocimientos de italiano por ella, que hubiera hecho que la gente que lo rodeara lo aprendiera, lo que representaba el pedir que a ella pese a ser una Princesa oficial no solo no llevara velo, sino que tuviera el mismo trato que la próxima reina, que no la dejaran exponerse demasiado al sol, y ese avión, no es que le impresionara tener uno, sino, que recordara palabra por palabra al respecto pese a que ella bromeaba.

Jazmín entró con el té y ella lo bebió a sorbos aun sin sentarse. No podía, estaba demasiado inquieta.

- Llama a Amir por favor Jazmín. –dijo por fin.

- Claro, princesa. – y se lo comunicó.

- ¿Amir?

- Princesa dígame en qué puedo ayudarle. –dijo amable.

- Lamento interrumpir tus labores, que imagino son muchas.

- Nada que amerite no atenderla.

- Gracias. Necesito me informes sobre algo.

- Si puedo, así lo haré.

Que diplomático pensó ella y sonrió.

- León... es decir, el Príncipe ¿ha mandado que mi avión oficial sea rojo con blanco y con flores? – era una tontería confirmarlo, pero de todas las cosas que se había enterado es la que tenía más oportunidad de saber de primera mano, no desconfiaba de las chicas, pero simplemente quería confirmar al menos eso. Aunque sabía que tanto el avión como todo lo demás era cierto.

- Bueno... -le oyó carraspear.

- No quiero ponerte en una situación incómoda. Es solo un cotilleo de palacio, pero...

- Necesitaba saberlo. –le dijo perspicaz.

- Sí.

- Es verdad, pero se suponía que usted lo sabría hasta su primer viaje oficial. –dijo con voz apesadumbrada.

- ¿No crees que es excesivo eso de los colores y las flores?

- Se lo dije a Su Alteza.

- ¿Y qué dijo? –preguntó interesada.

- Que no me metiera en lo que no me atañe.

- Ya veo. –respondió ella. - ¿Habrá manera de qué no le pongas las flores? Debería llevar los colores del país ¿no?

- Exacto. Pero, no veo cómo es que yo pueda lograr eso. Después del rey, la palabra del príncipe tiene más peso que la del príncipe heredero.

- Hablaré con él.

- Pero, princesa... se supone usted no sabe nada.

- Deberían haber sido más discretos, casi todo el mundo está enterado.

- Lo intenté, pero es que, la petición era tan extraña que corrió como pólvora por lo que veo.

- Le diré que oí rumores y es que ¡yo solo bromeaba!

Inolvidable Pasión (Saga Amores Inolvidables 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora