Capítulo 25
Laura condujo a Cam, por las escaleras al piso superior, por los pasillos elegantes y pulcros, con miles de sentimientos intensificados dentro de sí. Por una part estaba alterada, su interior no dejaba de vibrar y recordarle lo importante que era ese momento, para el resto de su vida. Pero, otra parte de ella se sentía cohibida, pues le estaba mostrando una extraordinaria edificación que construyó su padre para su descendencia y él nunca pudo disfrutarlo. Ni tampoco a su padre, que estaba segura, no dudaría en reconocerlo. Había algo en el hombre, sus ojos, la línea de la mandíbula, que le recordaba la apariencia de Damiano, incluso un parentesco de lo más sutil con ella misma.
Cameron la seguía de cerca, por los pasillos en silencio, su imponente presencia era peor para sus nervios. Dentro del despacho, lo invitó a sentarse en el sillón, pero este declinó la invitación. Así pues, ella tampoco se sentiría nada cómoda sentada. Se apoyó en el escritorio con las manos entrelazadas. al cabo de un momento la tensión era sofocante.
—Tengo que decirte...
—Antes de... —hablaron los dos a la vez. Terminaron en risitas de disculpa.
Cameron tomó la iniciativa.
—Antes de que... revelemos lo que dicen los benditos papeles de las pruebas, quería decirte que he hablado con mi madre. Yo creo en ella, y sé que dice la verdad en cuanto a quien es... pues, mi padre. No soportaré que...
—Yo no he insinuado nada de eso —se apresuró a aclarar Laura —. Desde que nos vimos, siento, no, sé que estamos emparentados. Las pruebas de ADN solo son una formalidad, las necesitaremos para los trámites legales.
Cam, se sintió mucho más aliviado después de esas palabras, pero aún le quedaba por decir más palabras a la que era su medio hermana. Ahora era mucho más claro el vínculo afectivo que los unía.
Suspiró y dio rienda a las palabras que le hera tan difícil decir.
—También tengo que pedirte disculpas, por cómo te he tratado cuando nos conocimos. Estuvo mal, y quedé como un idiota. No me extraña que me haya amenazado cuando nos vimos hace unos días —Laura le miró extrañada, mientras Cam caminaba de un lado a otro frente ella y gesticulaba mucho a la vez que hablaba sin filtro, como Laura solía hacerlo —. Me lo tenía merecido. Pero cuando vi en las noticias lo que te sucedió, algo despertó en mí; preocupación, instinto de hermandad, llamalo como quieras. Pero he estado muy inquieto por toda esta situación.
Cuando terminó de hablar, su pecho subía y bajaba, respirando con dificultad.
Laura ladeó la boca.
—No tienes por qué —masculló, luego frotó el hombro tragandose una mueca de dolor —. ¿Ves? Estoy bien.
Los ojos de Cam, le miraron con un atisbo de admiración y reproche.
—No sé si regañarte... o admitir también que estaba equivocado en la manera que pensaba de ti. Que eras una niña rica incapaz de salir al mundo real. Y, aunque totalmente estas rodeada de lujos y comodidades, eres muy valiente y aguerrida —incapaz de contenerse ambos esbozaron unas pequeñas sonrisas similares —. En eso eres muy parecida a mi, claro.
Laura, le dio un puño juguetón en el brazo musculoso.
—Entonces... ¿Ross te ha amenazado? —inquirió comprimiendo el rostro.
Cam soltó una carcajada que terminó en un silencio glacial.
—Estamos prolongando el momento de abrir el sobre ¿No es así
Laura asintió con solemnidad.
—Sip, eso hacemos.
Cam sostuvo el sobre sellado en sus manos, la miró.
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La Heredera |Raura|
RomanceElla lo Ama, pero, quién es él... Él la ama, pero, quién es ella... En cada encuentro de placer, se sienten más vivos que nunca antes, en cada caricia encuentran en un desconocido el amor de nadie más.