51 chocolates de Danielle.

15. choque de universos.

—emh...¿mi señora?—el demonio entro a la habitación donde se quedo atónito ya que yo y el chico de cabello azul cielo estábamos en una pose...no de amigos..

—¿mh?—dijo el chico de cabello llamativo.

—emh...¿esta dormida?—con su dedo índice apunto a mi, estaba acostada en el regazo de Milo, no importaba que solo tuviese sus boxers, estaba acostada de hecho en la colcha arriba de su piernas, la otra parte de la colcha me había cobijado la parte inferior del cuerpo.

—pues si wey no mames.— me apunto el joven de cabello claro.—nah no te creas, sip.—acaricio mi mejilla.

—seguro...—se comenzó a acercar y se sentó en la orilla de la cama.—¿y tu eres de ella...

—soy el chico de su primer beso.— lo miro justamente a los ojos.— soy el chico que la protegerá de lo que sea que se venga.

—por dos.—el demonio entre cerro los ojos.

—claro.—contesto Milo mientras comenzaba a acariciar detrás de mi oído...lo cual me pone nerviosa. Mi respiración se acelero más de lo usual, lo único que hice fue hacerme bolita en la cama.

—vaya...es hermosa mientras duerme.— expreso el demonio.

—si...lo sé, desde hace tiempo me di cuenta.— afirmo Milo.

De repente me llegaron todos los recuerdos que tengo con Milo cuando me iba a visitar a mi casa a las dos de la mañana...

Recuerdo la vez....

—hace frío we.—dijo Milo.

—ya sé wey.—conteste.

En ese momento yo y él chico nos miramos a los ojos. Estábamos en la azotea de mi casa, viendo la luna creciente que estaba en el cielo cuidandonos de los peligros de la oscuridad. Él estaba con un suéter que hasta a él le quedaba grande, yo estaba en pijama...una playera que le había robado a mi hermano y un short de licra negro, ese amanecer fue el más frío que había vivido jamás, literalmente me estaba muriendo de frío pero hacia lo posible por no dejar que se notase, no quería que Milo me mirara toda temblorosa.

—ay cabrón...— se levanto.

—¿mh?— lo mire a los ojos.

—ten.— se quitó el gran suéter y lo puso en mi espalda cubriendo mis hombros, brazos y el gorro cubría mi cabeza.