How Did I Fall In Love With You? (Larry Stylinson)

27.

Lou sonrió radiante ante la respuesta de Harry ¿Qué había hecho en la vida para merecer el amor de aquel encantador ángel rizado? Sin duda algo muy bueno, y él estaba dispuesto a sacrificar todo por recompensar la dolorosa vida de su querido Hazza,con todo el amor y felicidad que él se merecía.
El chico de rulos bebió un sorbo de su té para después abrir la boca y producir un encantador sonido, Louis río ante su acto llevando una de las galletas a los labios de su novio, quien de un solo mordisco término devorándola para después repetir el mismo procedimiento hasta terminar con la cena.
-Creo que deberíamos dormir - sugirió Louis al ver bostezar al ruloso
-No quiero dormir, tengo miedo que al despertar todo esto acabe... que todo haya sido un sueño y tú desaparezcas - Lou hizo a un lado todo lo que había en la cama y de un solo movimiento tumbó a Harry sobre el colchón aprisionándolo entre el y su cuerpo, el chico de rulos sonrió complacido ante aquella significativa reacción
-No me iré , por si no lo recuerdas vivo en esta casa - ambos rieron - y de cualquier forma alejarme de ti seria como tomar una sobredosis de pastillas ò jalar el gatillo de un arma apuntada a mi cabeza, no puedo estar sin ti Hazza - sus dedos se pasearon por la humedad de su cabello para que ambas miradas pudieran conectarse - Te amo y prometo estar junto a ti cada amanecer
-No quiero volver a dormir solo - confesó el chico acariciando con ternura los pómulos de su novio
-No volverá a pasar Harry, si estas dispuesto a aguantar mis supuestos ronquidos y demás extraños ruidos nocturnos te alabó - ambos volvieron a reír frotando sus nariz una con la otra
-Eres tan bobo, no se como pude vivir sin tus bobadas tantos años - su novio infló los cachetes haciendo bizcos y con ese mismo gesto se acercó a besar sus labios haciendo reír a su propietario nuevamente - Te amo bobo
-Te amo loquito....
Sus labios volvieron a buscarse con ansiedad, todo esto era nuevo para ellos y sin duda las emociones y sensaciones que se provocaban eran incomparablemente increíbles. La lengua de Lou navego por el contorno de la boca de Harry mientras este dibuja círculos imaginarios sobre su espalda, sus dientes aprisionaron traviesos los labios del castaño y tras un pequeño estirón ambos sonrieron uno al otro compartiendo su enorme dicha. Louis se coloco de un solo brinco de pie para poder ir a apagar la luz, al instante el cuarto quedó en penumbras, sin embargo no había mas obscuridad dentro de aquellas paredes, pues su rizado acompañante llenaba de luz cada espacio como una enorme estrella celeste que estaba destinada a hacerlo completamente feliz.
Cuando el chico de ojos celeste se metió debajo de las cobijas y los brazos de Harry lo recibieron al instante, se sintió tocar el cielo, rápidamente se acomodo sobre su pecho pasando una de sus manos sobre él para asegurarse que permanecería a su lado hasta el amanecer, sin duda esta seria una noche memorable pues ya no eran solo un par de mejores amigos compartiendo un mismo espacio, ahora eran una pareja protegiendo y velando el sueño uno del otro.
En ese momento ambos se dieron cuenta de una cosa: Harry, que daría su propia vida por proteger al chico que ahora atesoraba entre sus brazos; Louis, que no podría volver a dormir sin escuchar los latidos de Harry bombeando contra su pecho ¿Como había logrado sobrevivir tantas noches lejos de su regazo?

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El canto de las aves resonaba en sus oídos haciéndolo abandonar el mundo de los sueños, presiono sus párpados negándose a despertar. Era un nuevo amanecer. Pero un amanecer muy diferente a todos en su vida, pues esta vez, alguien llevaba bastante tiempo observándolo dormir aprovechando para contemplar cada parte de su fisonomía. Aún sin abrir los ojos, Lou articulo una bella sonrisa al escuchar la respiración de Harry tan cerca de él y al respirar aquel aroma tan propio de su tersa piel ¿Ò seria parte de un sueño más?
Estaba apunto de averiguarlo cuando unos labios actuaron ágilmente sobre su boca comenzando un bello e inigualable danzar, Louis paladeo el delicioso sabor a miel de los labios ajenos deleitándose una y otra vez con frenesí, su curiosidad no pudo más y abrió los ojos disfrutando de la escena que este nuevo despertar le traía: ahí estaba el, el chico que mas amaba en el mundo, besándolo dulcemente con los ojos entrecerrados mientras sus desordenados rulos se disparaban de un lado a otro sobre su cabeza. El par de ojos esmeralda aparecieron debajo de sus párpados, encontrándose al instante con los celeste que aún lo miraban completamente maravillado, ambos chicos rieron sin despegar un milímetro sus labios, sin duda alguna despertar así todos los días seria un regalo divino.