14.

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¿Qué era ese cosquilleo incontrolable tan parecido a un enjambre de abejas aturdidas dentro de su estomago?. Su rizado cabello color oro, esos profundos ojos color esmeralda tan hipnotizantes cómo el ocaso, su voz ronca que provocada extraños escalofríos en el cuerpo del castaño. ¿Por qué todo en Harry le parecía tan inquietante y adictivo? ¿Qué es lo que había cambiado desde aquélla tarde donde ambos habían decidido ser amigos?. Cuándo finalmente Liam aceptó la propuesta del nuevo amigo de Louis, la conversación pudo fluir de una manera más relajada, lo cual, el chico de ojos color celeste agradeció en silenció, hablar lo hacia olvidar el debate emocional en su interior.
-Lo qué no puedo comprender es, ¿Por qué no has mejorado? Liam, tu rostro aún se ve muy decaído- Comentó el castaño. A decir verdad su preocupación por el chico era completamente justificada, solo bastada mirar la pálida piel de su amigo, las grandes manchas negras alrededor de sus ojos, y el semblante poco alentador para comprender que aunque había asistido al medico, su estado de salud aun no era del todo bueno.
-Pues, supongo que es porqué el antibiótico que me recetaron para la infección no lo he comprado, es bastante caro, y apenas y alcanzo para los demás medicamentos y los honorarios del medico - el chico encogió los hombros- supongo que los remedios caseros de mi madre tardaran más en hacer efecto, pero resultaran -El chico de rizos negó en silencio con desaprobación, pero en lugar de decir algún comentario acerca de la forma de pensar tan errónea de Liam, decidió actuar.
-¿Y que medicamento es? - pregunto Harry intentado continuar simplemente con la conversación .
-No lo se, mira hay está la receta- Liam señalo un pedazo de papel color azul que descansaba sobre el buró junto a su cama.
Harry tomó la receta y fingió estudiar con detenimiento el contenido, pero jamás había entendido la tan horrible caligrafía de los médicos, y ciertamente, su intención no era esa. Liam y Louis siguieron charlando de algunas cosas que Harry no lograba entender, cosas que quizás habían pasado en el pasado, cuándo el aun no era parte de sus vidas, sin que ninguno de los dos se percatara el chico de rulos guardo el pequeño trozo de papel en el bolsillo delantero de su camisa
-Ahora regreso- sin dar tiempo de que alguien le pudiera pedir explicaciones el chico salio de la habitación de Liam con prisa
-¿A dónde fue?- Liam y Louis intercambiaron miradas de confusión –
-No lo se - Louis frunció el ceño- a veces es un poco raro
-Pero te agrada- La sonrisa cálida de Liam asustó un poco a su mejor amigo, el chico aparentaba saber que era ese “algo” que ni siquiera Louis lograba comprender
-Es muy agradable, honestamente estoy arrepentido de haberlo juzgado sin conocerlo.

Durante algunos minutos, ninguno de los dijo nada, la mente aturdida de Louis estaba ocupada por la imagen perfecta del chico que había dejado la habitación hacia casi quince minutos, mientras que el chico enfermo se debatía entre preguntar o no a su mejor amigo, el cuestionamiento que había abordado su mente desde antes de que Harry abandonara la habitación. El y Louis habían sido amigos por ya bastante tiempo, sin duda conocía al chico de ojos celeste mejor que nadie, conocía cada gesto, cada acción, sabia cuando algo confundía o atormentaba su existir, y su intuición no lo defraudaba, al parecer sabia exactamente lo que sucedía.
-Lou…- El chico asintió invitando  a su amigo a hablar, sin apartar la vista de algún punto especifico en el papel tapiz color verde que cubría cada parte de la habitación- Yo… quiero… No te exaltes por favor, pero ¿Puedo preguntar algo?
-Seguro- Louis seguía distraído, hablaba por inercia, no por que su cerebro realmente estuviera conectado a el lugar donde se encontraba.
-¿Tu… Harry, Aun lo vez como un simple amigo?-
Louis de inmediato regresó a la realidad cuándo el pánico recorrió cada centímetro de su cuerpo, miro a su amigo completamente aterrado ¿Qué debía responder? ¿Si? ¿No? ¿Estoy confundido? Pero… ¿Cómo podía resultar encontrase confundido por Harry? ¡El era un chico! ¡No podía sentirse atraído por un chico¡ ¿Verdad? Era ilógico, simplemente, una ridiculez, tal vez estaba enfermo, y …
-¿Louis estas bien? - Liam lo hizo regresar, sus pensamientos lo habían consumido tanto, que había olvidado por completo que no se encontraba solo
-Si, lo siento… solo, me perdí un poco - El chico aclaro su garganta buscando alguna forma de salir del embarazoso momento- Harry es un amigo Liam, no se a que te refieres con tu pregunta
-Es tu forma de mirarlo, yo soy tu amigo, y jamás me has visto de esa manera- Liam sonrío al notar las mejillas claramente ruborizadas de su amigo- mejor dicho, a ningún ser viviente… el es… como una especie de imán para ti
-Liam, no digas tonterías, parece que estas mas grave de lo que pensaba, ¿seguro que tu problema es en el estomago?
-Louis, hablo enserio, deberías mirarte, estas … diferente, en un buen sentido claro, pero…- Liam tuvo que callarse cuándo la puerta de su habitación se abrió de golpe, Harry estaba de regreso.
-Perdón por irme así- se disculpo el chico de rulos - pero necesitaba hacer algo importante -¿Algo importante?- Louis frunció el ceño, Harry había pasado toda la semana a su lado, y no tenia conocimiento de ningún asunto pendiente que el rulozo hubiera dejado inconcluso.
-Así es, toma Liam- el chico enfermo tomo la bolsa blanca de papel que Harry le ofrecía- Que te mejores pronto
Confundido, Liam saco el contenido de dicho paquete, para encontrarse con una caja de comprimidos médicos, justo aquellos que le había sido imposible adquirir gracias a su carencia económica, además de una paleta de chocolate en forma de osito con la leyenda “Mejórate pronto” grabada en su rechoncha pancita. Louis no pudo mas contra las emociones que los actos tan nobles de Harry le había generado y guiándose completamente por los impulsos de su corazón se abalanzó sobre el chico de rulos envolviendo su torso con ambos brazos. Harry se quedó estático por un par de segundos tratando de descifrar todas aquellas nuevas sensaciones que la cercanía de Lou le generaban. Dada a la diferencia de altura la dulce respiración de su amigo chocando sobre su cuello logro erizarle por completo cada centímetro de piel, el olor de su agitado cabello inundo sus fosas nasales volviéndose una adicción al instante, al igual que el calor que el contacto con su cuerpo le generaban. Cuando su cuerpo al fin pudo reaccionar, rodeo con ambos brazos al chico de ojos celeste respondiendo a la necesidad de aquel sincero abrazo, Lou suspiro y casi instantáneamente Harry hizo lo mismo pues por primera vez en diecisiete años de vida se sintió valorado, querido y protegido. Estar entre los brazos de Louis Tomlinson era como su propia descripción de hogar ¿Que tenia de especial aquel chico que lo hacia sentir tan fuerte y tan vivo?

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Cuando el anaranjado pálido del ocaso, pinto cada parte del cielo anunciando que el día estaba por llegar a su fin, Louis y Harry decidieron que era hora de dejar descansar a Liam, quien sorprendentemente después de ingerir el primer comprimido que Harry había comprado para el, su semblante había cambiado considerablemente. Antes de abandonar la humilde morada de los Payne, la madre del mejor amigo del castaño, había agradecido de todas las formas posibles la increíble bondad del chico de rulos. La dulce madre de Liam había jurado a Harry, que la vida le recompensaría el increíble acto que había tenido con su hijo, otorgándole una recompensa, un deseo, aquel que su corazón anhelara con mas fuerza y como un deseo reprimido desconocido, rogó por que ese regalo del que hablaba la madre de Liam, fuera ser el motivo de la deslumbrante sonrisa de su nuevo amigo quien miraba enternecido la escena.

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Una vez mas, el flamante mercedes color rojo, propiedad del popular Harry Styles, se encontraba estacionado fuera de la casa de los Tomlinson, pero a diferencia de las noches anteriores, ambos chicos se encontraban dentro del vehículo, intentando ocultar de una manera u otra la horrible aflicción que causaba en ellos, el tener que asimilar que el regreso de los padres de Louis, que tenia como consecuencia que la semana tan increíble que había pasado, compartiendo cada hora del día, había llegado a su fin, ¿Podrían lograr dormir sin la presencia del otro? ¿Seria posible no extrañar aquellas charlas nocturnas sin ningún propósito en particular, mas haya del deseo de poder disfrutar la compañía del otro tanto como fuera posible?. Sin duda el retorno a la cruel realidad seria mas difícil de lo que ambos habían logrado imaginar.

How Did I Fall In Love With You?  (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora