8 años despues...
Una mirada a su alrededor me dice lo que ya supongo.
Nadie puede verme.
Vivir rodeada de un monton de brujas tiene sus beneficios. Sin embargo, no tengo mucho tiempo. la gente a mi alrededor pasa sin siquiera dar un viztazo a mi posicion.
Camino por la calle, pasando las casas viejas y destartaladas hasta llegar a la avenida principal. Aquí hay mas personas, pero no tantas como esperaba, despues de todo este es solo un pueblo.
Los turistas van de aquí para alla con sus cañas de pescar y sus equipo de escalar. La montaña es lo unico por lo que la gente se interesa en este lugar. Naie me ha dicho exactamente donde esta este pueblo, ni siquiera Banyan lo ha hecho. Tampoo es que me interese la verdad.
El mercado principal esta lleno de gente, las tiendas estan abiertas, mostrando las vitrinas llenas de diversos objetos. Cada tienda es mas bonita que la anterior, cada lugar tan bien cuidado y detenido en el tiempo que pareciera que aun estamos en el siglo pasado.
Luego de varios minutos, llego a mi destino, alzo la vista y me maravillo de la belleza del lugar. Una casa de dos pisos victoriana perfectamente cuidada con un amplio jardin delantero lleno de estatuas.
Estatuas de personas, de animales, de criaturas que los humanso jamas pensarian que existen. La calle esta vacia, evitan la casa lo se. Las personas creen que una bruja vive dentro.
No pierden razon, pero considerando que son humanos, me sorprende que acertaran tan bien. ¿tendran un instinto para estas cosas? Espero que si. Que ese instinto los mantenga lo mas alejados de la magia. Nada bueno sale de ahí.
Sin embargo, no me queda de otra mas que entrar. Si Banyan esta en lo correcto, la habitante de este hogar puede ayudarme.
Empujo la puerta, provocando un escalofriante rechinido. Ruedo los ojos ante la ironia. La puerta rechinante, ¿en serio? Parece un cuento de terror.
Cierro la puerta y camino hacia la entrada esquivando la estatuas. Una bruja coleccionista ¿Quién lo diria? El jardin esta perfectamente cuidado y la casa pintada de un bonito color celeste. Toco el tiembre.
—¿Quién es? —pregunta un voz malumorada —¿Qué quiere? No hay nad aquí para los forasteros y desvalidos
—no soy forastera o... —dudo —desvalida —termino tragando saliva. Mis nervios se crispan cuando no recibo respuesta —. Mi nombre es Kalliope... ah... vivo a unos kilometros dentro del bosque.
Un golpe en la puerta me hace saltar. Hacho un pie atrás y la puerta se abre. Una mujer de mediana edad se asoma y me mira con recelo. Una canas se asoman en su frente, su cara arrugada y su ropa pasada de moda me hacen sonreir. Esto es demaciado.
—Kalliope —olfatea —, hueles a nephil.
Abre completamente la puerta y me hace una seña para que la siga. Por dentro la casa es bonita y moderna, sin embargo hay varios estantes con frascos de colores. Un gato me roza la pierna cuando la puerta se cierra tras de mi. y me quedo parada en medio de la sala.
—sintate —dice la anciana. Extiende una mano enguantada hacia uno de los estantes, coge un monton de cosas exoticas y las deja en la mesita de café.
—dime a que vienes —dice. Me siento frente a ella.
—bueno... —tartamudeo —. Mi angel guardian me dijo que usted podria ayudarme a arreglar algo.
—eso depende —dice ella.
Cojo mi bolso que cuelga aun sobre mi hombro y rebusco en el. Al final lo encuentro. Saco el espejo de mano y se lo entrego a la bruja.
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Hija de tormenta
FantasyAurora tiene una hermana, su gemela, aquella que según le han dicho quiere hacerle daño. Kalliope pasa de ser una joven huérfana a tener aquello que siempre ha anhelado y temido. Libertad. Pero pronto aprenderá que la libertad tiene un precio y debe...