Al día siguiente tengo un cumulo de emociones.
Estoy triste por que espere todo el día a que Gustav viniera a felicitarme. Lo esperé en mi casa y en el palacio, pero no tuve noticias de él. Mi triunfo fue el cotilleo del día, no había persona en Angelorum que no supiera de mi hazaña.
Estoy feliz por todo lo que he logrado. Mi hermana tuvo una fiesta con sus compañeros de la Orden de Rafael durante la tarde.
Y estoy nerviosa, porque no sé qué ponerme para el gran baile que organizan en palacio para celebrar la paz. Mi hermana y yo somos la atracción.
Es por eso que, a tres días del gran evento, mi madre nos ha traído con una modista para que nos hagan vestidos de fiesta. Mi hermana ya tiene un estilo definido.
—azul —le dice a la modista —. Siempre he querido tener un vestido estilo princesa, me gusta el escote corazón con mangas o sin ellas. Adoro el brillo. Quiero que tenga brillo y bordados en blanco. Esos colores van con mi piel.
La modista asiente y toma nota de todo lo que dice. Mi madre sonríe divertida por la vanidad de mi hermana.
Mi madre voltea a verme a mí.
—tú no tienes ninguna idea —me pregunta.
—no... yo... no se dé esto —digo
—tengo algunos diseños por aquí —la modista señala los vestidos que hay en la tienda —, tal vez alguno te dé una idea —sonríe.
Voy hacia donde están colgados un montón de vestidos de fiesta. Hay de muchos colores, cortes y telas. Algunos son cortos, pero la mayoría llegan hasta los tobillos.
Mi madre llega a mi lado.
—luego hay que ver las joyas y una hora en el salón —anuncia —. Las llevare al mejor de la ciudad.
Solo con verla, sé que ella está más emocionada por esto que nosotras. No ha parado en todo el día de hablar sobre la fiesta. Ya es casi mediodía cuando la modista comienza a tomarme las medidas.
—creo que me gusta este —señalo un vestido amplio con encaje —. Este también me gusta mucho —le muestro otro de color negro.
—eso me da algunas ideas —murmura midiendo mi espalda —. Prometo hacerte algo hermoso ¿Qué color te gusta?
—morado —digo. Es el color que corresponde a mi don. Si mi hermana va de azul, yo iré de morado.
—es muy oscuro para una chica tan joven... —murmura —. ¿un tono más claro?
Me encojo de hombros. Nunca me han hecho un vestido, es más, nunca he usado un vestido de gala. Lo más moderno y nuevo que he vestido es lo que mi hermano y mis padres consiguieron para mí cuando escape.
Mi madre le sonríe y paga los vestidos antes de llevarnos fuera. Hoy el sol brilla en el cielo, por suerte hay nubes que impiden que nos asemos de calor.
En la avenida, las personas van de aquí para allá viendo las vitrinas y comprando aquello que necesitan. El barrio comercial es amplio y extenso, con tiendas de todo tipo.
Cuando Astra menciono este lugar, me imagine de inmediato una calle llena de tiendas, sin embargo, más que una avenida, es todo un sector. No es que yo tenga mucha experiencia en el comercio de las ciudades, pero a juzgar por la emoción y sorpresa de mi hermana, este debe ser más grande que los normales.
Caminamos entre el gentío, deteniéndonos en algunas tiendas para ver las vitrinas. Mamá compra pasteles en una tienda colorida que desprende un aroma delicioso. Pasamos por varias joyerías antes de escoger alguna para usar en la fiesta. Aurora compra un par de pendientes y un lindo collar de plata y diamantes.
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Hija de tormenta
FantastikAurora tiene una hermana, su gemela, aquella que según le han dicho quiere hacerle daño. Kalliope pasa de ser una joven huérfana a tener aquello que siempre ha anhelado y temido. Libertad. Pero pronto aprenderá que la libertad tiene un precio y debe...