—Dimitri es un niño índigo —me explica aurora sentándose en mi cama.
La noticia me deja tan sorprendida que debo tomarme un largo minuto para procesar del todo la información.
Dimitri, el mejor amigo de mi hermana... debo admitir que lo sospeche en un momento, sin embargo, mi hermana parece tan sorprendida como yo. Claro, ella no creció en medio de magia y libros con explicaciones sobre el tema.
—eso quiere decir...
—... que puede sentir las energías del mundo, ve como fluyen y se mueven por el mundo —me interrumpe Aurora —. Incluso, puede percibir las almas.
Aquello también lo conocía. Por lo que tengo entendido, los niños índigos tienen estas capacidades, lo nephil les ofrecen ayuda en cuanto protección y educación a cambio de servicio. Son humanos especiales, nadie sabe de dónde salen, solo se conoce que es peligroso que vayan sueltos por allí. Mucha gente lo captura y los esclaviza como detectores de almas personales.
—¿Dónde está? —le pregunto —. Obviamente no con nuestro hermano.
—está en una casa de acogida —Aurora suspira —. Le están enseñando cosas. Lo vi hace unos días, Dante me lo conto como un secreto. No quieren que todos sepan que uno de los humanos índigo está relacionado con nosotras.
—todo es un secreto en esta ciudad —murmuro —¿Cuándo podemos ir a verlo?
—ahora mismo —mi hermana se pone de pie sonriendo —. Tienen la tarde libre, solo entrenan en las mañanas. Según él, el sol naciente le ayuda.
—tiene lógica —por lo que aprendí en mi vida rodeada de brujas, los astros llenan de energías especiales y poderosas la tierra, se acrecienta más en ciertas horas.
Sigo a mi hermana fuera de la habitación y por los pasillos del palacio. Ella me cuenta de cómo ha avanzado en su entrenamiento mientras salimos al sol de media tarde.
Encontramos a un par de sus amigos, pero no nos detenemos a charlar. Si vamos a hacer esto, nadie debe enterarse. Es importante la discreción.
Ninguna de las dos sabe exactamente lo que significa este vínculo de gemelas nephilim. Puede ser peligroso para nosotras mismas o servirnos de ayuda en momentos de dificultad.
La casa de acogida está cerca de la playa, ni siquiera sabía que había una playa en la ciudad. Se lo comento a mi hermana.
—en realidad Angelorum es enorme —me explica —. A nosotras nos tienen confinadas en un sector bastante cerrado donde se lleva a cabo la administración. Estamos rodeados por dos ríos pequeños y la playa. Más allá... Idilia, la isla de las sirenas. Hay un lago en la zona más rural.
El mar Galtia, los bosques del territorio de las hadas son las fronteras de Sartha. Barreras naturales que nos protegen de los peligros de las tierras salvajes.
Dimitri nos espera en la puerta de la casa donde se aloja. Una que no se diferencia del resto de las construcciones de la ciudad. Angelorum esta construida para que el sol la haga brillar con sus tonos de oro, marfil y colores pálidos.
—te ves tan humano —comenta mi hermana en cuanto su amigo nos alcanza. Nos saluda a ambas con un beso en la mejilla.
—soy humano —sonríe —, pero más especial que antes.
—aun no te lo crees ¿verdad?
—aun no le veo mucho beneficio —Dimitri se encoge se encoge de hombros —. ¡bien! —da una palmada —, necesito que pienses en nuestro fugitivo para que puedo rastrearlo.
ESTÁS LEYENDO
Hija de tormenta
FantasíaAurora tiene una hermana, su gemela, aquella que según le han dicho quiere hacerle daño. Kalliope pasa de ser una joven huérfana a tener aquello que siempre ha anhelado y temido. Libertad. Pero pronto aprenderá que la libertad tiene un precio y debe...