Capítulo 7

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Cuando el sol se ocultó, Lucy apareció en mi puerta. tenía ganas de hablar sobre lo que paso en Paris, pero yo no tenía ánimos de nada. Al final me sonrío y logro convencerme de comer algo. Era media noche en Sartha, solo había dormido seis horas, pero me sentía hambrienta.

Godam trajo una bandeja de pastelillos y se fue. Comí hasta el último bocado, apenas deteniéndome para saborear. Antes de darme cuenta, el sueño me había vencido ora vez.

Dante me despertó al amanecer. Tenía una sonrisa en la cara y una caja en la mano.

—algo nuevo para la novia —bromea

—¿más ropa? —pregunto

—mejor

Abre la caja y saca un montón de papel de seda. Hace un sonido de orgullo y saca una capa de terciopelo color berenjena.

—¡una capa! —exclama emocionado como un niño.

Me siento en la cama y toco la suave tela. Es hermosa, tiene un bordado en negro y una capucha grande que estoy segura me taparía hasta los ojos.

—¿te gusta? —me pregunta Dante

—me encanta —exclamo. Nunca había vito una, solo había leído de ella y las había vislumbrado en fotografías.

—estamos en verano, pero las montañas son frías en cualquier mes así que... —dice Dante —, debes tener la tuya propia.

Me levanto de la cama y él la pone sobre mis hombros, casi arrastro el dobladillo, siento la tela rozar mis tobillos, el suave terciopelo en mis hombros.

Sonrío. Miro a mi hermano que parece casi tan emocionado como yo y lo abrazo. Un segundo de sorpresa pasa antes de sentir sus brazos rodearme.

—gracias —murmuro en su pecho. El ríe suavemente, haciendo que mi mejilla vibre con él.

—te he extrañado —dice —, es extraño.

—lo se...

_____♥_____

—me siento como un niño —murmura Dante.

Estamos sentados en la sala viendo a Lucy corretear de la cocina hasta nosotros, preparando mochilas de viaje, principalmente, una para mí. esta emocionada y nerviosa, preocupada porque me pase algo.

—¿todo esto es esencial? —murmuro. Dante se encoge de hombro.

—por supuesto que si —exclama Lucy —. Nunca habías salido del pueblo, debes estar preparada para todo.

Miro a Dante, que se ha puesto de pie y rebusca en uno de os estantes. Saca un pequeño cofre y se vuelve a sentar a mi lado. me observa fijamente.

—esto es importante —dice —. Los hombres lobo tienen ciertas reliquias. Esos vampiros, los que visitamos en París, robaron una de las más importantes. Invadieron territorio licantrópico.

—ellos se odian —murmuro, recordando las enseñanzas de Lucy

—podrían provocar una guerra —explica Dante —. Yo no tengo facultades de guerrero, mi entrenamiento militar tiene que ver con defensa personal y manejar una espada sin rebanarme la cabeza.

—¿alguien más nos acompañara?

—depende. Kalliope, ¿Cuál es tu nivel de manejo de tu poder?

Me remuevo incomoda en el asiento. Casi me avergüenza admitir la verdad.

—¿sabes que tienes poderes? —insiste Dante, una nota de preocupación en su voz-

Hija de tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora