Dante se anima cuando Karmina llega para disculparse conmigo, no sé porque lo hace, pero de igual forma la tranquilizo. Mi hermano y ella me platican sobre Sartha, sobre Angelorum específicamente. La ciudad de los ángeles, donde los nephilim viven.
Al parecer, mi hermano tiene una casa allí, justo a las afueras. Me emociona saber que conoceré su casa.
—generalmente —me explica el —mi amigo Stuart se queda allí, pero anda en misión.
—¿en misión como tú? —le pregunto
—no —dice sonriendo —. Yo soy un mensajero y un político, él es un soldado.
En el almuerzo, él me informa que debemos hacer una última cosa antes de salir. Por la tarde, Lucy me ayuda a preparar mi maleta y anuncia que nos acompañara hasta Sartha.
Dante luce más aliviado después de esto último y yo estoy más que contenta de llevar a mi institutriz. Ella nos llevara a la casa de mi hermano a través de un portal. Karmina se retira casi al anochecer, entonces Dante decide que es hora de salir.
—¿tiene que ver con tu ultimo tramite? —le pregunto antes de salir de la casa.
—si —me dice. Abre la puerta y voltea a verme —. No te alejes de mí.
Asiento y salgo de la casa al aire helado de la calle. Miro hacia arriba, donde un ligero destello brilla en el cielo. Cualquier otra persona que lo viera, pensaría que es una estrella más. pero yo sé que no lo es.
Caminamos por la calle en una charla animada. Dante no pierde la oportunidad de contarme sobre la ciudad, sus antiguos edificios y su extraño diseño. Me doy cuenta que le apasionan los libros igual que a mí, tiene una cierta afición hacia la aventura e intenta ponerle a cualquier situación una sonrisa.
—¿nuestra familia tiene un apellido? —le pregunto. Él me sonríe
—No, no creemos que tener un apellido para marcarnos como familia de alguien sea necesario —explica —. En la escuela te enseñan que todos somos hermanos. Tus hermanos nephilim, mis hermanos nephilim, nuestros hermanos nephilim.
—pero si existe el concepto de familia ¿verdad? —digo —. Digo como padre y madre...
—claro que si —me dice —. Pero el futuro es incierto. Obviamente tenemos padres que nos trajeron al mundo y los llamamos como tal...
—pero...
—pero somos inmortales. Nuestra vida es muy larga, no sabes si un niño tendrá una madre o un padre que los cuide. Nuestro deber a veces nos obliga a tomar decisiones difíciles.
Pienso en mi situación ¿acaso hay más niños que crecieron lejos de su familia? Espero que no sea una constante en la cultura de los nephilim. Sería muy cruel.
—ya lo entenderás mejor —dice Dante —. Ahora, ven.
Toma mi mano y me guía hasta una tienda de ropa. La señora está a punto de cerrar las persianas, pero ve a Dante caminando por la calle. Se detiene, nos da un asentimiento y nos deja pasar.
Antes de entrar veo al cielo otra vez. Un destello pasa a una velocidad de vértigo sobre nuestras cabezas. Miro a la señora antes de entrar. Es demasiado pálida para ser humana, sus ojos demasiado brillantes, su cabello es de un rubio dorado hermoso y escalofriante. Parece una muñeca de porcelana.
—¿Dónde estamos? —murmuro a Dante mientras entramos en la tienda. Pasamos entre los maniquíes y prendas de vestir en oferta.
Mi hermano lleva un dedo a sus labios, mira a mis ojos, estira la mano y descorre la ropa del perchero pegado a la pared.
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Hija de tormenta
FantasyAurora tiene una hermana, su gemela, aquella que según le han dicho quiere hacerle daño. Kalliope pasa de ser una joven huérfana a tener aquello que siempre ha anhelado y temido. Libertad. Pero pronto aprenderá que la libertad tiene un precio y debe...