Capítulo 18

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Al llegar a mi habitación, no puedo evitar que las lágrimas caigan por mi rostro. Mi hermana me ve enojada y se apresura a abrazarme.

—voy a decirle a papá —gruñe mientras me acaricia el cabello con suavidad.

—no, por favor —sollozo —. Lo voy a decepcionar

—claro que no —dice ella —. Vas a deshacerte de ese mal nacido.

Eso me hace llorar más. ella no lo vio, no se fijó en como nuestro padre se infló de orgullo cuando Alexei me ungió en la orden de Miguel. No estuvo allí cuando los demás miembros de la orden se reían. Ellos ya son expertos, se nota por como entrenan. Tienen una confianza en sí mismos con la cual yo no nací.

—no lo hagas —murmuro. Suspira.

—está bien —cede —, pero me va a tener que oír.

Sonrío con las lágrimas cayendo por mis mejillas.

Lamentablemente, no me puedo lamentar por el resto de mi vida. A esta hora, mi hermana y yo notamos más actividad en el sector donde nos alojamos. Muchos nephilim de diferentes órdenes pasean por el pasillo y ocupan los baños.

Sé que me veo desastrosa, pero nadie se fija en nosotras cuando llegamos a los baños. Aurora me lleva de la mano y lanza malas miradas a quien se fije demasiado en nosotras.

Nuestro padre nos ha advertido que la gente tiene miedo de las gemelas nephilim. Aurora y yo hemos tenido regresiones sobre eso, no es fácil olvidar como las personas gritaban y la angustia de mis padres.

Los baños son comunitarios, sin embargo, tenemos separados hombres y mujeres. Encuentro un espacio libre en la piscina y comienzo a desvestirme con timidez. Las chicas que me rodean no parecen tener temor de mostrarse desnudas ante las demás, pero yo jamás he hecho algo así.

—¿es tu primer día? —levanto la mirada y veo una de las chicas que me sonríe —. No sientas pena, con el tiempo te acostumbras... ¿Cómo te llamas?

—Ka... Kalliope —dudo —¿y tú?

—soy Nari de la orden de Miguel —me mira de arriba abajo, pero sin juzgarme —. Te vi con Kota —comenta —. No te preocupes, con el tiempo te acostumbras a su estilo. Es el mejor tutor que hay aquí.

Le dedico una sonrisa, sus palabras me han subido el ánimo. Con las mejillas sonrosadas termino de desvestirme y me meto en la piscina.

Los baños son completamente abiertos. Cuenta con tres piscinas con agua caliente, jabones de diferentes aromas, toallas y cubículos separados. Hay una sección donde puedes sentarte y charlar con las demás, un grupo cuenta bromas allí, algunas solo charlan tranquilamente.

—¿siempre es así? —pregunto a Nari que se ha colocado a mi lado

—si. Este es el momento de hacer amigos. Este edificio es muy antiguo y está hecho al estilo antiguo... ya sabes, baños públicos dedicados a la vida social, gimnasios enormes y salones altos y amplios —se encoge de hombros —. Es toda una experiencia...

Cojo uno de los jabones y me refriego en silencio, Nari se va con un grupo de chicas al otro lado de la piscina.

Pienso en todo lo vivido hoy. Si analizo bien la paliza que he recibido, estoy mejor que con otras palizas del pasado. No he sangrado y solo necesite un poco de magia para sanarme los moratones. Kota es solo mi entrenador, aquella persona que me enseñara todo lo que necesita saber alguien de la orden de Miguel.

Para cuando termino de refregarme y salgo con la cara sonrosada de la piscina para secarme, me digo a mi misma que volveré mañana con otra perspectiva, con más ánimos de continuar. Esto no es nada, solo es la primera fase a una nueva yo.

Hija de tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora