Capítulo 28

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Gustav nos acompaña hasta la casa de Dimitri. El sol ya se está poniendo cuando despedimos al amigo de mi hermana en la puerta de la casa de acogida. Gustav me toma en sus brazos al verlo desaparecer en el interior de la propiedad.

—te he extrañado —murmura —. Lamento no habértelo dicho, yo...

—no tienes nada que explicar —le sonrío —. Me alegra que sigas aquí, creí que estabas enfadado conmigo.

—no puedo enojarme contigo —murmura —, es solo que no me gusta que intenten meterte en su juego de "somos los niños buenos y honorables"

—no te preocupes —le doy un beso en los labios —, soy más fuerte de lo que crees.

Sonríe.

—eso veo

Nos besamos por lo que parece una eternidad. Mi hermana nos separa sonriendo picara.

—si nos visitaras más seguidos pasarían todo el día besándose —nos dice. Gus la mira con una ceja enarcada. Me sonrojo —. Pero ahora debemos volver a casa. Recuerda que estamos aquí de fugitivas.

Me da una mirada significativa que entiendo de inmediato. Rio, pensando en lo que nos dirán nuestros padres.

Gus y yo nos despedimos por otro largo minuto. Aurora y yo lo vemos desaparecer en la esquina de la calle. Suspiro.

—te gusta de verdad —murmura mi hermana. Sonrío.

—será mejor que volvamos o nos meteremos en problemas —digo.

—prepara tus lágrimas, esas que conmueven a papá.

—papá es fácil, pero nuestra madre...

—de ella me encargo yo.

_____♥_____

En palacio no solo nos esperan nuestros padres para regañarnos, sino que también Kota y Alexei están con ellos. Los últimos guardan silencio mientras nuestros padres nos dan su discurso.

—me aburro aquí, Papá —murmuro —. Solo quería conocer más la ciudad.

Mi hermana lo abraza, un hecho que hace a nuestro débil padre sonreír y fruncir el ceño. sabe que lo estamos manipulando, pero no puede reprimirse de perdonarnos.

—ultima vez, ¿sí? —murmura. Mi madre rueda los ojos.

—a la próxima vamos todos —sonrío. Miro a Astra —. Aún tenemos que tener ese día de madre e hija. Lo prometiste.

Y ya la tenemos a ella también. Sé que esto no está bien, pero no queremos contarles los verdaderos motivos de nuestra fugada. Todo es bastante confuso aún.

Kota me mira divertido cuando mis padres salen de nuestro cuarto. Alexei parece más serio y no muestra interés por la escena que acaban de presenciar.

—eso es jugar sucio —sonríe Kota —. Cada día me agradas más.

—no sé de qué hablas.

Suelta una carcajada ante mi contestación. Alexei se mantiene impasible. Da un paso al frente, saliendo del rincón donde se había ocultado-

—el consejo está presionando cada día más —no informa en tono serio —. Kota me ha dicho que te ha explicado la situación —asiento —. Desde ahora se acabaron las tardes libres, ya he hablado con Astra y Kota. Ambos se han comprometido a dejarlas en un alto nivel de entrenamiento en la siguiente semana. Debemos planear un evento para que los líderes de las distintas razas puedan conocerlas.

Hija de tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora