Capítulo 28

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*Dylan*

- ¡Papá! Gracias - Chillo Daniel y me abrazó - Es genial - Le había regalado un videojuego.

-Lo estas consintiendo mucho, ¿No te parece? - Me dijo Charlotte a mis espaldas.

-Todos los niños de su edad lo tienen.

-No siempre puedes complacerlo - Me volteé y la miré

-Lo haré siempre que pueda.

-Como sea - Me respondió y me dio la espalda.

- ¿Quieres estrenarlo? - Le pregunte a mi hijo y el asintió. Fuimos a su cuarto lo instalamos y jugamos un rato.

*Charlotte*

Sólo dos años y podré irme con Daniel y Ryan, solo dos años. Me encerré en mi cuarto y marqué el número de Ryan

-Hola preciosa, ya te extrañaba.

-Y yo a ti - Le respondí con melosidad.

-Falta muy poco y seremos la familia que siempre quisimos ser.

-No sabes cuánto me preocupa Daniel, el ama a su papá, a Dylan.

-Pero luego le explicaremos.

- ¿Cómo le vas a explicar eso a un niño de 9 años?

-No es tan difícil

-Si lo es, Daniel es muy inteligente, él sabe todo lo que pasa a su alrededor, si eso es ahora que tiene 7 años imagínate a los 9.

-Todo estará bien, confía en mí.

-Está bien, confiare en ti.

-Te amo

Estaba por pronunciar lo mismo antes de que llegara Dylan y tocará la puerta.

- ¿Charlotte, por qué tienes la puerta con seguro? - Escuché la voz de Dylan tras la puerta

-Necesito irme, te amo - Le dije despacio a Ryan y le colgué.

-Ya voy - le respondí a Dylan. Me dirigí a la puerta y le abrí.

- ¿Por qué tenías la puerta con seguro?

-De seguro lo pase sin que me diera cuenta.

Me miró sospechoso - Bien.

Se introdujo en el baño y segundos después escuché las gotas caer.

- ¿Quieres venir acompañarme? - Me preguntó desde la ducha.

-No puedo - Le grité - Ahorita vienen unos amiguitos de Daniel, necesito atenderlos. No obtuve respuesta y fui al cuarto de Daniel el cual seguía jugando con su nuevo aparato.

-Mamá, papá me contó sobre un tío que tengo, se llama Ryan. Me dijo que era malo

- ¿Te dijo que era malo? - Mi corazón empezó acelerarse

-Si - Me respondió aún con la vista fija en los pequeños personajes

-Entonces necesito hablar con papá - Hice una pequeña pausa - Tu tío Ryan no es malo, ha hecho un par de cosas que no son buenas, pero eso no lo hace una mala persona.

-Pero si hace cosas malas es malo.

-Él es diferente ahora.

-Okay mamá - Me respondí como si no me hiciera caso, como una sencilla máquina respondería.

Oí el timbre sonar y fui directo abrir la puerta. Me encontré con un pequeño niño y su madre Marta, ya la conocía.

-Hola Charlotte - Me dijo la rubia y besó mi mejilla.

-Hola Lucy - Le respondí - y hola tú, campeón - Bajé a la altura del niño.

-Hola Sra. McCartney.

-Hola Oliver - Le dí un beso en la mejilla al niño - Ven, pasa.

-Charlotte, necesito hablar contigo.

-Claro, antes déjame llevar a Oliver al cuarto de Daniel.

Llevé al pequeño a el cuarto de Daniel y observé como los dos jugaban con el nuevo aparato. Regrese a la cocina y Lucy seguía parada.

-Ven, toma asiento - Le dije sentándome en la mesa del comedor - ¿Que sucede?

-Ehm, quería hablar de un tema algo delicado - notaba la preocupación en su cara y ya me empezaba asustar - Es que desde que conocí a Daniel eh notado el inquietante parecido que tiene con ese criminal de hace un par de años, el que mató a la mujer en el baño y que al parecer aún no lo han encontrado.

-Pues Lucy, Daniel se parece a su padre, Dylan.

-Exacto, el "problema" está en que Dylan se parece demasiado a ese hombre, ¿tienen algún parentesco?

-Qué yo sepa, no.

-Gracias a Dios, no sabes cuánto me preocupaba eso.

-Tranquila, todo está bien - Le dije tratando de sonar lo más convincente posible.

Luego de hablar un rato con ella, se fue y dijo que pasaría por Oliver en don horas, le dije que aquí estaba bien y jamás lo perdería de vista. 10 minutos después de que ella salió llegó otro compañero de Daniel, Matthew acompañado de su madre Jessica.

-Aquí te traigo a este pequeño terremoto, espero que se porte bien.

-Siempre, ¿Verdad Matty? - Le pregunte al pequeño castaño

-Claro Sra. McCartney - Le sonreí y lo invité a pasar

-Yo necesito irme así que tristemente te niego la entrada, ¿A qué hora puedo pasar por él?

- ¿En dos horas estaría bien?

-Claro, perfecto.

-Bien, no hay problema.

Realicé el mismo proceso que con Oliver y lo llevé junto con los otros dos niños que estaban frente a la consola.

-Necesito salir un momento - Salió Dylan de la habitación mientras se abotonaba su camisa

- ¿A dónde?

-Un bar, con unos amigos. Prometo regresar antes de medianoche.

-Bien, cuídate.

-Te amo - Me dio un beso en la comisura de los labios y observé como la puerta se cerraba tras de él.

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