Capítulo 30

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*Charlotte*

No había podido dormir en toda la noche. Hoy era el cumpleaños número 9 de Daniel. Hoy era el día. Miré a la mesa de noche y la hora que el reloj marcaba eran las 4 am. Sentía mi respiración demasiado agitada, los nervios me estaban ganando. ¿Puedes hacer esto? ¿Puede matar a Dylan?

Empecé a recordar mi adolescencia, mis amigos, mis padres, mi hermana...

Ellos no estaban, ellos sólo estaban en mis recuerdos. No pude evitar soltar una lágrima. Quería mi vida de vuelta, cuando tenía 17, ahora me estoy poniendo vieja, las arrugas se hacen presentes a pesar de que tengo menos de 30 años, me siento y me veo de 40.

Volteé y miré a Dylan, su cara esta noche estará llena de sangre con un único hoyuelo entre sus cejas. Te quitaré lo que me arrebataste, mi vida.

*Ryan*

Todo estaba preparado. La camioneta tenía gasolina, tenía un par de sábanas en los asientos traseros, almohadas, mientras buscábamos un lugar donde quedarnos nos podíamos quedar aquí. Estaba ansioso, sé que Dylan es mi hermano, pero ansiaba ver su cara llena de sangre, quizás tanto como el ansiaba ver la mía así.

Miré mi reloj y marcaba las 11:24 am.
Todo comenzaría cuándo empezará anochecer, a las 6:00 pm. Todo comenzará a las 6:00 pm.

*Charlotte*

- ¿Les gusto la comida? - Pregunté en la mesa.

-Si mamá, está deliciosa.

-Me alegra que te haya gustado. Solo la hice por ti, porque es tú cumpleaños.

-Gracias - Me respondió con la boca llena.

-Sí, amor. Te luciste - Mire a Dylan y me sonrió.

-Gracias - Solo me límite a sonreírle.

Luego de almorzar, recogí sus platos y los lavé, podría observar como mis manos temblaban, realmente necesitaba calmarme, sino no lograría nada. Afortunadamente convencí a Dylan de celebrar el cumpleaños de Daniel el sábado, ese cumpleaños que no tendría.

*Ryan*

Vamos Charlotte, contesta.

-Hola

-Hola amor

-Ryan, estoy muy asustada.

-En media hora empezará anochecer... Ya tengo el arma.

-Perfecto. Eso no me quita el miedo, lo aumenta.

-Lo sé, pero necesitas armarte de valor... recuerda cada lágrima.

-Lo recordaré.

-Entonces, ya sabes. Tú me abres la puerta trasera, él se estará bañando y yo me meto en su cuarto, lo golpeo para luego amarrarlo a una silla, mientras lo tengo ahí tu metes a Daniel en el auto, llegas lo matas y nos vamos.

-Bien.

-Perfecto. Te amo

-Y yo a ti.

*Charlotte*

-Daniel - Lo llamé desde la cocina.

-Si mamá - Me dijo desde el marco de la puerta.

-Ven, por favor - Observé como se dirigía a mí y se sentaba en la silla a mi lado - Mamá tiene un amigo, él y yo queremos que pases un lindo cumpleaños y te queremos dar una sorpresa, cuando en un rato te llame tu sales y te llevare a su auto, ok?

-Claro. ¿Papá también irá?

-No, a él le tengo otra sorpresa, así que este es un secreto de los dos.

-Bien.

No dijo más nada, se levantó y fue a su cuarto. No podía creer la manera en que engañaba a mi hijo. Me dirigí a mi habitación y vi a Dylan acostado viendo la televisión.

-Amor, hoy saldremos a una cena con Daniel, ¿no?

-Si - Me respondió indiferente

-Será que puedes bañarte ahorita porque déjame decirte que te tardas más que yo así que mejor baña te dé una vez y luego yo me baño.

-Mejor tu primero - Me dijo con la vista aún en la televisión

-Hazme caso, se porque te lo digo.

Por fin me miró a los ojos, hizo mala cara y se metió al baño.

Mire el reloj y ya faltaba un minuto para las 6:00 pm, supuse que Ryan estaría afuera y así fue. Abrí la puerta, el entró y le señale donde estaba el cuarto principal, el asintió y me dio el arma, la guarde en el a parte trasera de mi pantalón y le dije que llevaría a Daniel al auto. Mientras Ryan esperaba a Dylan yo intentaba buscar a Daniel y no lo conseguía, busqué en su habitación y no estaba, en los baños y tampoco, busque afuera y no estaba. Empezaba a entrar en pánico cuando de repente empecé a escuchar como cosas se caían y todo el ruido provenía de mi habitación. Entré rápidamente a la habitación y vi como Ryan tenía a Dylan ahorcado con un cuchillo en la mano.

-Charlotte - Susurró Dylan mirándome

-Tráeme una silla - Me ordenó Ryan

Fui a traer la silla y Ryan me dijo que sacará la pistola, la saqué y le apunté a Dylan.

-Siéntate - Le ordené a Dylan.

-Charlotte - Me miró extrañado Dylan - ¿Que estás haciendo?

-Venganza. Eso hago Dylan, venganza - Aún me miraba extrañado y decidí refrescarle la memoria - Tu mataste a una chica que era muy especial para mí. Cuando yo tenía 9 años ella tenía 19, tú la mataste. Su nombre era Valery. ¿La recuerdas?

-Pero Charlotte, a mí sólo me pedían que asesinar gente, yo ni la conocía.

-Claro, pero mataste a mi hermana. Mi familia nunca supo quien era el asesino hasta que Ryan me lo dijo, estaba viviendo con el asesino de mi hermana, solo para este día tenerte así, sentado sin nada que hacer, esperando tu muerte.

-Charlotte, él está loco - Dijo Dylan refiriéndose a Ryan

-Hazlo - Me susurró Ryan

- ¿No has pensado en Daniel? - Me dijo Dylan - ¿Vas a quitarle a su padre?

Ryan empezó a reír y a paso lento fue hacia Dylan y le susurró lo que supuse que era el secreto que tanto había guardado

- ¿Cómo pudiste? - Dylan me miró con desprecio.

-Hazlo - Me volvió a ordenar Ryan

En los ojos de Dylan vi el terror, el terror que de seguro mi hermana sintió, saber que vas a morir, vi como sus ojos azules que me acompañaban hace 10 años estaban llorosos, oscuros.

-Hazlo - Me volvió a repetir Ryan

-No puedo.

Todo sucedió tan rápido, Ryan quitó la pistola de mis manos y apunto a Dylan. La mirada de Dylan pasó de la mía a encontrarse con la de Ryan.

-Los monstruos como nosotros no tienen un final feliz ­- Dijo Ryan entre el silencio de la habitación.

En ese momento sentí como en cámara lente la bala iba directo a la cabeza de Dylan, quería impedirlo, nadie tiene el derecho de arrancar una vida, pero solo observé como la bala perforada su cabeza. Luego del sonido de la pistola se escuchaba la bala caer por detrás de la silla.

Dylan McCartney ya no existía.

-Charlotte - Sentí las manos de Ryan en mi brazo - Escucho unas sirenas, de seguro alguien aviso por el ruido.

-No - Aún estaba en trance - No, Ryan.

- ¿Que? Tenemos que salir

-Mi hijo - Fue lo único que pude pronunciar

-Nos van a meter a la cárcel sino nos movemos de una vez

Me tomo fuertemente del brazo y vi como las gotas de sangre manchaban el piso. Mis ojos lograron divisar otros ojos azules dentro del armario.

Daniel.

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