Capítulo 21

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*Ryan*

- ¿Aló? - Dije respondiendo al segundo timbre de mi celular.

- ¿Ryan? Amor.

Escuchar la voz de Charlotte era lo que más contentaba mis mañanas, escuchar esa voz tan suave, delicada, pronunciando mi nombre.

-Mi vida, añoraba escuchar tu voz.

-En serio perdóname, pero no te he podido llamar porque siento que Dylan cada vez me vigila con más cautela, siento que está pendiente de todos mis pasos, tengo miedo de que sospeche algo.

-Tranquila preciosa, no sospechara nada.

-Eso espero - Hubo un tranquilo silencio en la línea en el cual pude escuchar su lenta respiración - Mañana Daniel cumple un año, mi amor, un año.

- ¿Ves cómo todo avanza? Así pasa el tiempo de rápido - dije tratando de darle ánimos que usualmente es lo que siempre le falta.

-Esto es una tortura Ryan, siempre te pido lo mismo - sí, ella tenía razón; siempre lo mismo - Adelanta el plan, huyamos con Daniel; el jamás sabrá de Dylan, tú serás su padre, al único que el conocerá.

-Por favor Charlotte, ya hablamos de esto.

-No sé cuánto más podré aguantar, no te sorprenda que uno de estos días mate a Dylan a sangre fría.

-Recuerda que es mi hermano.

-Recuerda lo que él hizo...

Si, sabía claramente lo que él había hecho, Charlotte me había contado todo, si él hubiese hecho lo mismo yo también tuviera esa sed de venganza que recorre por sus venas.

-No puedo evitar mirar sus ojos y recordar el asesino que es - el silencio se volvió apoderar de la línea - ¡Maldición, Ryan! Daniel tiene sus mismos ojos, tú los tienes.

Sabía que estaba llorando por el tono de su voz y cada vez que la escuchaba así una parte dentro de mí se rompía.

-En los ojos de Daniel jamás verás a un asesino, el no será igual que Dylan - aguarde un silencio, ella sabía lo que diría - el no será igual que yo.

-Pero tu cambiaste.

-Tú me hiciste cambiar.

*Dylan*

Charlotte cada vez estaba más extraña, se la pasaba encerrada en el cuarto de Daniel y tenía unas salidas extrañas, decía que iba al supermercado y se tardaba horas para al final regresar sólo con dos bolsas. Claro que la "chispa" entre los dos se ha perdido; estamos juntos y no hacemos el amor sólo es sexo, sexo sin ganas de amar, solo hacerlo ser una necesidad. A veces creo que tiene otro, pero esas dudas desaparecen cuando veo su ropa, la huelo, estoy cerca de ella, sé que no me traiciona.

Estaba en el comedor ordenando unos papeles para la nueva empresa que trabajo cuando escuché unos murmullos provenir de mi habitación, de "nuestra" habitación. Lentamente me levanté de la silla y fui en paso lento camino a la habitación, los murmullos se hicieron más fuertes hasta que llegué a la habitación y lentamente pegué mi oreja contra la fría puerta.

"-No aguanto más...cambia el plan... Sus ojos...tus ojos."

Con sumo cuidado quité la oreja de la puerta y solo me quedé quieto frente la puerta.

¿Qué no aguanta más? ¿Qué plan? ¿Cuáles ojos? Al pensar en esta última pregunta mi corazón dejo de latir por un momento. ¿Los ojos de Daniel? Mis ojos... Los ojos de Ryan. Charlotte no puede estar hablando con Ryan, ella sabe todo lo que hizo, sería estúpido pensar que es el con quien habla. Las ganas de entrar al cuarto me mataron así que eso hice, entré. Suavemente jalé la perilla y abrí la puerta, al tener la vista completa del cuarto pude notar que Charlotte no hablaba con nadie, no había ratos de un teléfono, de nada.

Tosí - Creí haber escuchado algún ruido.

- Ah, ¿sí? - me respondió Charlotte con la vista en la ventana.

-Sí, escuché tu voz.

-Yo nunca he hablado con nadie, y menos ahorita.

Parecía tan indiferente, últimamente así era todo. No pude evitar pensar en una hipótesis realmente creíble, podía tener un trastorno de personalidad y hablar con otra "ella".

Pasé por el pasillo y vi aquella puerta con el nombre estampado "Daniel", en unas hermosas letras azules, suspiré y entré. Mi hijo era una preciosidad, era lo más lindo que me había pasado, lo amaba con mi ser, daría todo por él. Acaricié sus dorados cabellos y le besé la frente. Con un susurro me despedí.

-Papá te ama.

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