Demasiado Para Absorber

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Capítulo dedicado a ElizabethBuitrago . Disfruta. :)
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Me encontraba sentado en el suelo de mi habitación, con mi espalda apoyada en la pared que se encontraba junto a la venta. Mi mirada se perdía entre los árboles y la luz del sol que se escondía de a poco en aquel "horizonte". Mis pensamientos iban en decadencia conforme la luz se apagaba.

Después de estar una hora en total soledad, escucho un suave golpe en la puerta y sonrío por inercia, conocedor de la persona que se encuentra detrás de ella. No necesitaba darle permiso, ella sabe que puede entrar cuando quiera. Veo que abre la puerta en total silencio, dejándome apreciarla.

Esa pelirroja linda, de ojos verdes que me derriten. Su sonrisa no era tan alegre; sus ojos mostraban un leve rastro de tristeza y preocupación por mi persona. Suspiré en silencio, viendo que se acercaba a paso lento hacia donde estaba, insegura de hacerlo.

- Ven aquí. - Abrí mis brazos sin dudarlo y ella sonrió, acercándose a mí, metiéndose entre ellos, aferrándose a mi cuerpo.

- ¿Estás bien, Col? - Su voz melodiosa, y cantarina, producía en mi interior una paz inexplicable e indescriptible. Suspiré nuevamente, dejando un beso en su cabeza.

- Estoy bien, pequeña. Sólo... - pausé unos segundos - pienso. - Ella se separó de mí, frunciendo levemente su ceño, colocando una de sus manos sobre mi mejilla.

- ¿Puedo ayudar en algo? - Sonreí, dando una suave caricia a su mejilla de porcelana.

- No te preocupes, pequeña. Estaré bien. - Ella sonrió con algo de resignación, asintiendo en silencio, levantándose de mi regazo.

- ¿Qué te parece si leemos un libro, Col? Sé que eso te subirá un poco el ánimo. - Asentí en silencio ante su propuesta.

La vi acercarse al librero, analizando unos pocos segundos, buscando aquel libro tan conocido para los dos. Uno desgastado por tanto leer. Uno de sus favoritos: Orgullo y prejuicio. Levanté una de mis cejas, mirándola con una sonrisa torcida.

- ¿Por qué te gusta tanto ese libro, Mia? - Ella levantó sus hombros y sonrió, acercándose a mi cama, acomodándose en ella.

- Me encanta la tenacidad de los personajes. - Miró el libro entre sus manos y sonrió. - La pasión de Elizabeth por defender sus creencias y sus pasiones, por así decirlo. La terquedad que los rodea a ambos y lo necios que son al intentar reconocer sus sentimientos. - Su mirada no se despegaba de aquel libro mientras hablaba, dando una caricia cuidadosa a su portada, suspirando. - Creo que soy rara.

Fruncí mi ceño, levantándome con rapidez de donde estaba, acercándome a ella, acomodándome en mi cama, atrayéndola a mí. Ambos conectamos miradas y sonreí con ternura.

- No eres rara, eres perfecta, Mia. Y que nunca nadie diga lo contrario, porque de ser así, los destruiré a todos. - Ella sonrió grande ante mis palabras, dejando un beso en mi mejilla.

Nos acomodamos una vez más, dando inicio a nuestra lectura. Yo leía para ella, añadiéndole pasión a la lectura: sus muecas al escuchar todo lo que leía, eran muecas tiernas, enojadas, felices, tristes, decepcionadas. Simplemente sonreía con cierta emoción al verla así de feliz.

- ¡AAAHHHH! - Reí con suavidad al escuchar su grito, sin dejarme terminar la lectura. - ¡No puedo seguir, Col! ¡Moriré si sigues leyendo! - Se levantó de la cama con urgencia, caminando de un lado a otro.

- Vamos, pequeña escandalosa, ven aquí. - Negó en silencio mientras su cabello rojizo y algo ondulado se movía con rapidez.

- ¡Colby, Mia!, ¿están bien? - Reí al escuchar la voz de mi madre llamarnos desde el otro lado de la puerta, viendo cómo Mia se detenía en seco.

Verdades Ocultas (COMPLETA Y CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora