Búsqueda

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He retomado mi "antigua" vida lo mejor que he podido. Cambiar mi apellido falso al real fue algo difícil y complicado de explicar; aunque, el rector Jackman nos ayudó bastante.

No tuve que dar razones ni motivos a nadie ya que él se encargaría de todo eso, evitando la incomodidad para mí de dar explicaciones.

Nadie sabe acerca de mis investigaciones privadas o las búsquedas nocturnas que a veces me doy, excepto por Mia. Le conté a mi padre acerca de Serina y lo poco que sabía de todo lo sucedido; casi le da un ataque de ira y por poco lastima a Mel y a Corey por no haberla asesinado cuando pudieron; tuve que ser razonable y decirle que no hiciera algo de lo que pudiese arrepentirse. A las malas, aceptó.

Ahora mismo investigo el paradero de Serina. Si la encuentro a ella, tal vez encuentre a Amelie.

O eso espero yo.

Me encuentro en la entrada de un suburbio abandonado. Las casas se ven bastante corroídas por el agua y el paso del tiempo sobre ellas; no logro ver a nadie aquí, tampoco puedo sentir o escuchar algo. Sólo logro percibir una leve esencia femenina, difuminándose en medio de todo el lugar.

Miro a todos lados, quieto en mi puesto, intentando hallar algo; se me ocurre hacer uso de uno de los poderes que Eddie me enseñó intentando ver si hay alguien cerca.

Cierro mis ojos, diciendo unas cuantas palabras, sintiendo el color de estos cambiar, como si estuviesen hechos de fuego y, al abrirlos, busco dentro de cada casa, como si mis ojos estuviesen hechos de rayos X, aunque totalmente diferente. Examino con cuidado y lentitud, intentando no pasar por alto nada, cuando percibo un pequeño movimiento en una de las casas, ubicada al final de toda la cuadra.

Empiezo a avanzar con sigilo, ocultando mi aroma, camuflándome para cualquiera. La lluvia comienza a caer repentinamente, pero eso no me detiene, mi avance continúa hacia aquella dirección. Siento el vibrar de mi celular dentro de mi bolsillo y sólo lo saco para dejarlo en total silencio. Después hablaré con mis padres.

Al estar frente a aquella casa, subo el pequeño pórtico con cuidado y me detengo frente a la entrada. Puedo ver que hay alguien adentro, pero no es una sola persona. Frunzo mi ceño. Hay dos personas más adentro y están todos sentados, pero no puedo decir con certeza si es en la cocina o la sala.

Cierro mis ojos, volviendo a la normalidad en segundos, abriendo la puerta con la fuerza del viento. Escucho que se sobresaltan y salen corriendo a ver qué sucedió. Gruño sin fuerza al reconocer a Serina frente a mí, seguida por un hombre y una mujer. Serina me mira con sorpresa mientras los otros dos sólo me miran confundidos. Sonrío con malicia.

- Te encontré. - Ella abre aún más sus ojos e intenta echar a correr, pero la detengo en su lugar, atrayéndola hacia mí; niego con decepción. - No, Serina. Esta vez no.

Observo que los otros dos nos miran sin entender nada, pero están listos para atacarme sólo para protegerla a ella; ruedo mis ojos. A pesar de que regresé y todas mis memorias conmigo, aquella parte siniestra todavía existe dentro de mí.

Levanto mi mano derecha y, en un movimiento rápido, los pego a la pared, sin darles oportunidad a moverse.

Al tener a la pelinegra frente a mí, atraigo una silla de donde estaban, sentándola en ella, amarrando sus manos y pies en el proceso. Ella es vampiro, pero yo soy híbrido y mis poderes de brujo son más fuertes que los de cualquiera. La veo intentar zafarse de aquella silla, pero sonrío con cierta satisfacción al ver su cara de derrota. Me acerco a ella, inclinándome a su altura; me mira con enojo.

- ¿Qué quieres? - Sonrío mucho más y asiento.

- ¿Por dónde comienzo? - Me enderezo en mi lugar, caminando un poco lejos de ella, dándome la vuelta, cruzando mis brazos, viéndola con enojo. - ¿Dónde está?

Verdades Ocultas (COMPLETA Y CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora