Recorridos

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Me encontraba en mi casa, después de haber dejado a Mia en la suya; bueno, cerca. Me pidió que la dejara antes. Estaba cambiando mi ropa y la verdad es que me sentía mucho más calmado, menos sediento.

- ¿Dónde estuviste, Colby? - Me termino de poner mi camiseta, girándome con lentitud, apoyándome en la pared, observando a mi madre con desinterés.

- Por ahí. - Ella se acerca a mí, rozando sus dedos por mi mejilla.

- ¿Dónde? - Su amenaza iba dibujada en el tono de su voz, pero no le tengo miedo.

- Si lo que te preocupa son mis víctimas, tranquila que no hay ninguna esta noche, pero si en realidad te preocupa dónde pude haber estado... - me acerqué a su rostro, retándola a hacer algo - me encontraba solo, lejos de tu intensidad y lo insoportable de la actitud de Claire.

Sentí cómo causaba un leve dolor en mi mejilla al pasar sus uñas sobre esta y un pequeño hilo de sangre la recorría. Apreté mi mandíbula, mirándola en silencio y con ira contenida.

- No me provoques, Colby. - Rodé mis ojos, separándome de ella con fastidio.

- Si no es más, quisiera estar solo. - Me dí la vuelta, dirigiéndome a mi cama.

- Claire viene en un rato. - Negué con fastidio, mirándola con enojo y estrés.

- Quiero estar solo. - En mi voz la amenaza iba dibujada, ella la entendió y salió de mi habitación, cerrando la puerta.

Recosté mi cuerpo sobre la cama, dejando que mis músculos se relajaran, dejándome vencer por el sueño.

********

Una semana había pasado después de mi salida con Mia en la que intentaba evitarla, pero por puro imbécil. Fue una semana donde dejé víctimas nuevamente, sin sentirme mal, tener cargo de conciencia ni nada parecido; una semana donde pude apreciar que, aquella oscuridad que sentía, se apoderaba cada vez más de mi interior.

Me encontraba en la universidad, caminando por los pasillos solitarios. Todos estaban en sus clases, menos yo; no me sentía con ánimo alguno de entrar y soportar la habladuría de los maestros.

Me asomé en una de las esquinas al escuchar a un par de chicos hablar sobre alguien de mi interés. No los conozco, pero ellos la conocen y no me agrada de a mucho.

- ¿Crees que ceda? - El otro chico miraba con inseguridad al pelinegro.

- ¿Crees que no? Sé que al menos siente algo conmigo y eso lo aprovecharé.

Sentí la ira embriagar mi ser y salí de aquel lugar, acercándome a ellos. El castaño se sorprendió, pero el pelinegro no me había visto todavía ni se había percatado de mi presencia.

- Aléjate de Mia. - El aludido se giró a verme, primero con tensión en su cuerpo y luego, con una sonrisa burlona.

- ¿Quién dice que debo hacerlo? ¿Tú? No me hagas reír. - Me acerqué más a él, mostrándole la amenaza que escapaba de mi cuerpo.

- Aléjate de Mia. - Mi voz salió contenida, pero él sonrió más grande, cruzándose de brazos.

- ¿O qué? ¿Qué harás, híbrido? - Me tensé al escucharlo, mirándolo con confusión, sintiendo cómo mi ira se desvanecía igual de rápido a como llegó.

- ¿De qué hablas? - Una risa irónica escapó de sus labios.

- No te hagas el imbécil, Colby. Sé perfectamente lo que eres y quién eres. - Se acercó más a mí, retándome. - Aléjate tú de ella y nadie sabrá la clase de monstruo que eres.

Tragué en seco mientras hacíamos guerra de miradas, viendo cómo cortaba el momento a los pocos segundos. Se apartó de mí, empujándome levemente con su hombro, dejándome frío y estático en mi lugar.

Verdades Ocultas (COMPLETA Y CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora