"Normalidad"

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POV's Mia

Hace unos minutos desperté de aquella pesadilla. Un hombre que nunca antes había visto, me tenía amordazada sobre una mesa de torturas. Sabía que todo estaba sucediendo en mi mente, pero lo sentía demasiado real como para hacerme dudar.

Fue hasta que desperté que me enteré que todo había pasado de verdad; como si yo estuviese frente a él.

- Mia, necesito saber qué sucedió. - Miro a Colby que está totalmente inconsciente y suspiro, sintiéndome mal.

- Él quería que le hablara sobre las debilidades de Col. - Miré a Thomas, recordando aquella manera de torturarme. - No dije nada en absoluto.

Mi tío asintió y comenzó a caminar de un lado a otro, intentando pensar en algo. Leonardo había entrado a la habitación con un vaso lleno de sangre para mí, me lo extendió y yo lo tomé sin prisa, sintiendo a mis heridas sanar de a poco.

- ¿Algún cambio? - Miré a Colby nuevamente y suspiré.

- Todavía no despierta. - Sentí una de sus manos en mi hombro y lo miré con una medio sonrisa.

- Ya despertará. Estaré arriba por si necesitan algo. - Plantó un pequeño beso en mi sien y salió de la habitación.

- Estaré arriba también, Mia. Cualquier cosa, llámame. - Asentí en silencio y lo vi salir de la habitación, dejándome sola.

Un pequeño nudo se instalaba en mi garganta al recordar aquellas cuchillas clavarse en mi piel, causándome dolor; otro dolor más se instalaba en mi pecho al enterarme de que, Colby, las pudo sentir.

Miré su cuerpo y las marcas seguían ahí, como letreros enormes que te advertían de algo. Las lágrimas se amontonaron en mis ojos, escapando de ellos mientras cubría mi rostro para no sollozar.

- No llores, no he muerto. - Cubrí mi boca con mis manos mientras la sorpresa inundaba mi rostro y miraba a Colby con tristeza.

Se sentó con suavidad en la camilla, acariciando mi rostro entre su mano; cerré mis ojos, dejando que lo hiciera. Sentí sus labios sobre los míos y mi cuerpo reaccionó a él de una manera indescriptible. Mis lágrimas arruinaban aquel beso pero a él poco le importó. Al separarnos, hablé.

- Debes tomar esto. - Le pasé el vaso y él asintió.

Me miró un leve segundo, tomándose todo el líquido en menos de cinco segundos. Sus heridas comenzaban a sanar y sus ojos llevaban el color del deseo a la sangre. Sonreí, dando una caricia a su rostro.

- ¿Qué sucedió contigo? - No supe qué decirle.

- Sólo sé que entraron a mi mente y se sintió muy real. - Él asintió, atrayéndome a su pecho con suavidad, dándome un abrazo reconfortante.

Sus bellos labios dejaron un pequeño beso en mi cabello y sus manos hacían un recorrido sobre mi espalda y brazos.

- Te quiero, Mia. Más que a mi propia vida. - Sonreí, dejando un beso en su pecho, sintiéndome estúpida al escucharle aquellas palabras.

- También te quiero, Col. - Nos separó e hizo que nos miráramos. Su sonrisa era tierna.

Escuché que alguien venía y miré hacia la puerta, viendo a Camila entrar por ella. Sonreí, separándome de Col, dándoles espacio.

- Col... - Su susurro llenó la habitación y la vi abalanzarse sobre él para abrazarlo. Decidí darles espacio, así que salí de la habitación hacia la sala.

Al estar arriba, los encontré a todos en espera de algún informe y, cuando me vieron, supieron que ya había despertado. Todos se apresuraron a bajar mientras yo me quedaba sola en aquella sala, sentándome en uno de los sofás.

Verdades Ocultas (COMPLETA Y CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora