Asesino

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Mi corazón se estrujaba con fuerza dentro de mi pecho al presenciar aquello. Esto no era parte del plan. Nunca lo fue.

Miré a Amelie con lágrimas en los ojos, hablando con ira contenida.

- Esto nunca fue parte de nuestro plan, Amelie. - Ella me miró con sorna, sonriendo a medias. Todavía tenía a Dereck en sus manos.

- Los planes cambian, querido. ¿No te has dado cuenta? - Por la periferia de mi ojo vi lo que iba a suceder y me apresuré a actuar.

Con mi poder, tomé a Amelie entre mis manos, haciendo que soltara a Dereck, enviándola lejos, lastimando su costado, estrellándola contra una columna. A los demás, los lancé con fuerza también, sosteniendo a Brandon en el aire, atrayéndolo hacia mi madre.

Mi mejor amigo.

Lo atraparon acosando a Yannel por respuestas y, al enterarme de que lo estaban torturando, fui en su rescate. Recibí una buena tanda de golpes por parte de Amelie. Si me descubrió, poco me importa saberlo. Quiero venganza.

Miré a Amelie mientras mi cuerpo se interponía entre ella y los poderosos. Su enojo estaba por las nubes y sus ojos la delataban.

- ¿Qué crees que haces? - Sonreí un poco, repitiendo sus palabras.

- ¿No lo acabaste de decir? Los planes cambian, Amelie. Y sé que sabes que te descubrí. Descubrí la verdad sobre todos. - Los ojos de todos me observaban, pero yo no apartaba los míos de ella.

- ¡Morirás! - La vi lanzarse sobre mí, dando inicio a aquella pelea.

Vampiros bien entrenados luchaban contra mi familia, intentando acabar con sus vidas. Mi mente iba entre ellos y mi atacante. Las manos de Amelie parecían garras de águila, intentando clavarse en mi pecho para arrancar mi corazón, pero no la dejaría. No ahora.

Los golpes entre los dos no disminuían sino que iban en aumento. Ella me lastimaba a mí, tanto o más, como yo a ella. Vi a mi madre ser lanzada con fuerza hacia una de las columnas, estrellando su espalda en el proceso, causando que me quedara congelado ante la escena y la angustia.

- ¡¡Colby!! - Miré a mi amigo, sintiendo el golpe demasiado tarde.

Mi pecho dolía y ardía también. Miré a Amelie, quien había sido la culpable y gruñí con enojo hacia ella. Me levanté del suelo e inspiré con suavidad el aire, llenando mis pulmones. Mi madre se levantó del suelo al mismo tiempo que yo lo hice y ambos nos miramos, comprendiendo el mensaje.

Antuan se transformó en aquella sombra de humo negra, intentando cegar los sentidos de mi familia, pero Leo fue rápido. La pelea continuaba sin descanso. Mi padre se enfrentaba a Franklin y a Claudia. Todos aportaban algo diferente y bueno.

Miré a Amelie, moviendo levemente mi cuello, dándome algo de libertad. Mis colmillos comenzaron a salir, lastimando mis labios mientras mis ojos cambiaban su color, dándome aquella apariencia extraña y un poco tenebrosa. Me acerqué a paso lento.

- ¿Por qué te empeñas en destruir aquello que vale la pena? ¿Qué ganas con eso? - Ella sonrió, limpiando un poco su labio inferior.

- Gano el derecho de gobernar y matar a cuantos se me dé la gana. A no escondernos. A vivir a plena luz. - Fruncí mi ceño.

- ¿Sabes que tus razonamientos no tienen lógica? Alguien más inteligente habría buscado verdaderas razones para hacer lo que tú haces. - Vi a mi madre detrás de Amelie y sonreí un poco.

Ella se preparó para abalanzarse sobre aquella arpía, pero lo que no esperé fue la rapidez de Amelie para sostener a mi madre del cuello e intentar asesinarla.

Verdades Ocultas (COMPLETA Y CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora