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Llegamos, juraba que Nathan estaba cansado por mi peso, pero nada de eso estaba tan normal. Si yo me hubiera cargado a mi misma ya estuviera en el piso con un ataque al corazón.

—bueno, puedes bajarme debes de estar cansado-negó y siguió caminando todo el hotel.

—estoy bien, te llevare hasta la cafetería- rodé mis ojos, quería que me bajara. La gente pensara que estamos locos. Bueno si, pero no.

—joder, eres necio y terco- se río de mi enojo.

—ya casi llegamos, no seas chillona- me rendí y deje caer mi cuerpo sobre el. Llegamos a la cafetería y las personas nos miraban raro, me dio vergüenza pero ya que con Nathan pasara esto mas seguido, así que debo acostumbrarme.

—hola chicos, traigo a esta chillona- un jalón de oreja le di, por sus hermosas palabras.

—¿me bajarás o también comerás conmigo en tu espalda?- bufé y me bajo.

—¿que tal la cena chicos?- Andrew pregunto algo pícaro, acto seguido todos tomaron atención a lo responderíamos.

—totalmente hermosa, me sorprendió su sorpresa, no olvidare ese día- suspire. Todos miraban a esta pobre muchacha suspirando, sabían que ya no había salida. Estaba enamorada.

—fue lo mejor que pude haber hecho, me sentí bien- gracias por ayudarme.

—de nada, sabes que lo hicimos para que le demuestres a Alanna que en verdad la amas- Noemi articulo palabras, hablando por el resto de mis amigos.

— yo solo espero que la cuides, porque tengo amigos que te pueden dejarte en el hospital si le haces algo- Catalina entre cerró los ojos, dándole una advertencia a Nathan a los que reímos. —si, te lo prometo Catalina- alzo su mano.

—¿bueno comerán?- Sebas nos pregunto, se levanto del asiento.

—yo ya comí, Nathan come tu, no haz desayunado- le dije y el solo asintió y se sentó.

—bien, iré por el desayuno- Sebastian se fue por el desayuno y yo estaba dispuesta a ir al cuarto a bañarme.

—bueno chicos, iré a bañarme luego nos vemos- camine por el pasillo y subí a mi habitación. Ya en mi habitación me despoje de mi ropa y me metí a la ducha, lave mi cuerpo y mi cabello, despacio sin apuros.

 Salí de la ducha y me seque el cuerpo y salí con una toalla al rededor del cuerpo y me tire al sillón de la habitación. Espere un poco y busque ropa interior y me la puse. Estaba secando mi cabello cuando abren la puerta, Dios por casi me da un infarto. Busque como loca la toalla para ponérmela.

—tu y tus sustos, por casi me matas- como una loca eufórica hable.

—perdón, no fue mi intención- con un tono burlón chillaba las palabras.

—me iré a cambiar al baño, ya salgo- busque ropa en las maletas y me metí al baño. Me coloque el short, iba a colocarme la blusa pero Nathan entro como si nada, y comenzó a lavarse la boca. Me quede mirándolo con cara de loca, ¡estaba en sostén!

—Nathan, debiste tocar la puerta-dije ya calmada.

—tranquila, ya te he visto asi- el color subió a mis mejillas y me coloque rápido la blusa.

—ire afuera- sin esperar respuestas salí, me tire a la cama, y cerré los ojos. Los recuerdos me invadieron ocupando mis pensamientos. Escuche la ducha, estaba aseandose. Segui con las fantasias anteriores, y reia para mi mismo. Despues de un rato salio con una toalla en su cadera, quise darle privacidad y me gire. Y se cambio, pero no se coloco camisa. Y se tiro a mi lado.

—fue hermoso lo de ayer-soltó, dando su cara a mi cara.

—lo se, no lo olvidare nunca- susurre mirándolo a la cara.

—me encanto el gran lunar que tienes en el trasero- abri mis ojos, totalmente avergonzada.

—Dios, no me digas eso- tape mis ojos.

—te lo digo, por que eres mi novia y debes saber que me gusta y me gusta tu lunar- hablo con una risa en su cara. Puso sus brazo en la parte baja de mi espalda, y se acerco a mi boca, para luego besarme. Mis manos acariciaban sus mejillas, mientras seguía besándome. Me puse sobre el, sin romper el beso. Iba a sacarme la blusa pero la puerta nos hizo sobresaltar.

—yo abro-dije y me pare a atender la puerta.

—¡hola chicos! Perdonen que interrumpa- era Andres.

—hola, no pasa nada- sonreí amable.

—hoy es el ultimo día, mañana en la mañana regresamos y en la noche iremos a la playa, para que pasemos una velada- asentí y sonreí.

—si, ¡claro! En la noche nos vemos- asintió y se retiro. Cerre la puerta y me volví a acostar en la cama.

—era Andres, dijo que en la noche hay una velada- dije.

—ah, listo en la noche iremos - afirmando. Se acerco a mi para besarme el cuello, y seguimos con los besitos, pero no sucedió nada. Aun no.

A tu lado, cariño. -primera temporada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora