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Me había entregado en cuerpo y alma, y no me arrepiento de nada. Fue la sensación mas bonita que tuve no olvidare nada de esto. Fue acto de amor. Mis ojos se cerraron al compás del aire que tocaba mi cara. Nathan se posicionaba cerca de mi, me apoye en su pecho y el cansancio gano y me quede totalmente dormida. 

Por la ventana entraba la brisa típica de la mañana y el sol se abría paso a un lindo día. Abrí mis ojos y estire mi cuerpo, me sentía como si lo hubiera hecho por primera vez, adolorida. Mi cuerpo yacía en el colchón, boca abajo y con una fina sabana cubría mi cuerpo desnudo. La vergüenza se apodero de mi, me pare con sabana y busque mi ropa interior y mi vestido. Me vestí. Y me di cuenta de algo, Nathan no se encontraba a mi lado, Salí del cuarto y lo busque pero no había un rastro de el. 

Llegue a la mesa donde habíamos cenado, y ahí se encontraba el desayuno. Cafe negro, una ensalada de frutas, pan con huevos y jugo de manzana, pero ¿donde estaba el? Abajo del plato se encontraba una nota, entendí todo. La rutina de enamorados.

 "Te prepare un desayuno muy sencillo pero, lo mejor hecho por mi. Espero que lo disfrutes, debes de estar hambrienta por lo de ayer. Nunca olvidare eso" -Nathan tu amor. Xx 

Sonreí, por la carta y por su cursilería tan bella, y realmente tenia razón, mi barriga necesitaba alimento. Y la complací con el desayuno hecho por mi muchacho. Cuando acabe me fui a lavar los dientes. Pero no sabia si quedarme o regresarme al hotel. Opte por ir al hotel. Tal vez me había abandonado aquí, me pondré enojada y no le daré besos ni nada. Salí con ese pensamiento en mi cabeza y camine a lo largo de la playa. Y lo vi mirando al mar.

 —jeje okay, equivoque-hable para mi misma,había pensado mal de el. 

Me acerque y lo abraze por la espalda, depositando un beso sobre esta. Escuche su risa y se giro para besarme tan despacio que moría de cursilería. —me encanto el detalle del desayuno, debí haberlo hecho yo- susurre, cerca de su boca. 

—quería complacerte, corazón-sonreí ante sus palabras, y deposite un beso sobre su mejilla.

 —¿iremos al hotel? Nos fuimos sin avisar, catalina debe estar ya con la policía- reímos al imaginarnos a esa loca con la policía. 

—si iremos, pero todos ellos ya sabían de la cena- me quede algo sorprendida, lo sabían todos menos yo, bueno igual era sorpresa. 

—entiendo, ¿vamos?- acto seguido me subí en su espalda y así camino rumbo al hotel. Conmigo en su espalda.


A tu lado, cariño. -primera temporada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora