Capítulo 2.

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"Solo quien navegue mis mares más obscuros, merece volar en mis cielos más resplandecientes" -Blaster, Delirios de un corazón roto.


Recorrió a todo en salón con sus ojos y se topó con mi mirada, me sonrió, a lo que expuso una dentadura súper reluciente y perfecta. Yo le devolví la sonrisa un poco nerviosa.

Después de que se presentó Mark, habló la chica que estaba a su lado.

-Mi nombre es Alice Clary Wilson Scott.

Diana que estaba a mi lado se rió suavemente y susurró:

-¿Acaso a esta tipa la sacarón de Crepúsculo?, ¿Alice?... se escucha chido hmm.

-¡Ya basta! -traté de no subir demasiado la voz-. Cállate, nos va a escuchar el viejo cascarrabias del profesor.

Ella encogió los hombros y se recostó cómodamente en su lugar a la vez que rompía el silencio y decía:

-¡Que va!, si el profe me ama.

Y para terminar soltó una tremenda carcajada.

¡Caray!, no te doy un sillazo solo por respeto a la silla.

Pensé.

Cerré fuertemente mis párpados por una milésima de segundo, cuando los abrí teníamos frente a nosotras a un profesor de estatura alta y canoso...y ...con rostro visiblemente enojado.

Demonios lo que faltaba.

-Diana, Elizabeth, veo que no pueden guardar compostura, así que, Diana ve a aquel lugar -dijo el ancian... perdón, dijo el profesor mientras señalaba un pupitre que estaba hasta el fondo del salón-. Amm y tú Alice, te puedes sentar con Diana, ella será tu compañera de lugar.

Los salones tenían pupitres bastante amplios, por lo que cabían dos alumnos en un pupitre.

Mi amiga recogió su mochila mientras refunfuñaba y se dirigió a su nuevo lugar, no sin antes tomarse un pequeño segundo para sacarle la lengua discretamente al profesor, por poco y se me sale una risilla.

-Y tú joven Mark, te puedes sentar aquí -dijo el profesor mientras señalaba el lugar vacio a mi lado.

No lo pude evitar y me volví a ruborizar, carajo en éste límite tendría la mejor circulación sanguínea del mundo.

No fue que reaccioné hasta que escuché como se recorría el asiento del ex lugar de Diana, Mark me dedicó una media sonrisa de lado, pude ver que sus pupilas estaban dilatadas, ahora reinaba el color negro en sus ojos. Era una lástima pues quería mirar ese verde tan raro que me gustaba tanto.

-Hola, así que tú serás mi nueva compañera... genial o ¿no?.

Me quedé sorprendida con el sonido de su voz, ¿qué más le podía hacer? él era simplemente perfecto.

-Amm... yo... yo.

-Tú... ¿ajá?...

-¿Qué?... -me quedé como estúpida tratando de recordar lo que él me había dicho- ... ahh, pero claro que sí, lo mismo pienso yo.

En eso el profesor dijo:

-Bien, en visto de que aún quedan 40 minutos de clase, les tengo preparada una actividad digna de Biología, y es nada más y nada menos que: identificar los monosacáridos y lípidos en las siguientes frutas, todo lo que necesitan está en su pupitre, las instrucciones están en la página 28, la actividad contará como el 50% de calificación -se escucharón ruidos de protesta por parte de los alunmos-. Bien, el tiempo vuela, a trabajar.

Atada a tu almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora