Capítulo 13.

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"El amor no necesita ser perfecto, sólo necesita ser verdadero" -Marilyn Monroe.

-Y ¿ustedes poseen poderes?

-Solo algunos, la gran mayoría solo tiene las habilidades básicas que son: fuerza, velocidad, visión aguda y oído extremadamente sensible, además no se diga de nuestro gran olfato. Mi madre Kathia puede localizar cualquier objetivo que ella desée ver incluso por más alejado que se encuentre, Alice puede manipular el fuego, algo muy útil.

-Wow, eso es fantástico ¿y tú que habilidad posees?.

-Telequinesis, puedo mover objetos con tan solo pensarlo, mira.

Le miré, su atención se fue a un libro que estaba en la estantería, enseguida éste se elevó como si alguien lo hubiese tomado.

-¡Eso es genial!.

-Poseíamos estos poderes desde que eramos humanos, cuando nos convertimos en vampiros se intensificarón demasiado, antes casi era imposible intentar usarlos.

-Si mi padre es vampiro, ¿tendrá alguna habilidad?

Por un segundo me puse a pensar en alguna futura habilidad que él pudiera poseer.

-Es difícil saberlo... a propósito, ¿cómo se llama?.

-Raymundo Rice Routh.

Mark se quedó paralizado.

-Mark... ¿te encuentras bien?.

Mark pareció regresar a la realidad.

-Lo conozco, es amigo de mis padres, y él es el rey vampiro de Germania, se encarga de castigar a vampiros que asesinan personas en ese lugar, pues quiere la mayor discreción posible sobre nuestra raza. Hace mucho tiempo supimos que contrajo matrimonio con una humana y después tuvierón una hija.

-¿Yo?.

-Sí, tú, lo que sabemos es que a su esposa y a su hija las mando aquí, a Portland, por que Dark Vladimir quería arrebatarte de tus padres por el don que posees, así que las escondió y las mando lejos de Germania, supuestamente Dark Vladimir tenía un gran ejército... pero hace ya varios años que perdimos contacto con tu padre.

-Entonces... m... mi padre, puede estár muerto -traté de aguantar el llanto que se estaba formando en mi garganta.

-No lo veas de esa manera...

La voz de Mark se vió interrumpida por el timbre y una voz inconfundible.

-¡Lissaaa, amigaaa vengo a hacerte compañíaaa!.

Era Diana.

-¡Mierda!, mi auto está afuera, ya ha de haber sospechado que estoy aquí, ¡ella conoce mi auto! -soltó un irritado Mark.

-Le diré que pasabas por aquí por unos apuntes de la escuela y que tu auto se averió.

-¡Es una excusa estúpida!.

-Tú escóndete, ya verás cómo sí me hace caso.

-Ok, me esconderé arriba en tu cuarto, no creo que éntre allí.

Antes de que pudiera decír nada, se escuchó como cerraban suavemente la puerta de mi cuarto.

Respiré hondo, como si nada pasara y abrí la puerta.

-¡Hola Lissa!, creí que estarias sola y llegué a hacerte compañía... -volteó a ver el auto de Mark muy bien estacionado donde antes estaba mi Nissan-... pero, al parecer estás muy bien acompañada uuuuh.

Atada a tu almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora