Capítulo 18.

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"No te rindas sin dar pelea" -Pink Floyd.

-¡Diana!, dios mío, ¡los has matado!.

En un rincón yacían muertos los padres de Diana.

-La sed me venció -se encogió de hombros visiblemente sin arrepentimiento alguno, fue entonces cuando puse atención en sus facciones, ella era mucho más pálida y hermosa, pero lo que me llamó más la atención fue el intenso color carmesí de sus ojos.

Me llevé las manos a la boca

-¡Eres una vampiro!.

-Así es hermanita.

-¿¡Quién te hizo esto!? -lloriqueé.

-Humm -se llevó el dedo índice a la mejilla en un gesto pensativo-. Un amigo, su nombre es Dark Vladimir.

Me quedé petrificada, sacudí mi cabeza para despejar mi mente, reaccioné rápido y saqué mi estaca.

-Ah, Lissa querida, ¿le harías daño a tu amiguita? -preguntó con fingida inocencia.

-Ya no eres tú, ahora eres una asesina, ¡has matado a tus padres!.

En ese instante apareció un hombre al lado de Diana, era alto y delgado, cabello corto color rubio dorado y ojos carmesíes. Justo en ese momento me dí cuenta de que le había visto anteriormente: en el bosque cuando iba con Mark en su auto, él era el que me iba persiguiendo.

-Dark Vladimir -susurré.

-Así es niñita, supuse que desearías tener a tu mejor amiga para toda la eternidad, y cómo verás creo que ya tuviste el placer de conocerme, fue tan difícil sorprenderte sin tu vampirito -soltó un sonora carcajada-. ¡Demonios!, no te deja ni cuando te estrellas en el bosque por la falla de frenos.

Le miré incrédula, abrí mi boca pero el me interrumpió.

-Sí, así es, yo fui quién provocó la falla en tu auto, planeaba transformarte, no llegué ni de cerca a 50 metros pues tu novio vampiro llegó al rescate -cerró los ojos como si estuviese meditando-. Tuve que esperar para encontrar otra oportunidad de atraparte, uno de mis contactos logró ver el momento preciso en que la vampiresa Kathia supo que tu padre vendría aquí -abrió lentamente sus ojos para mirarme.

-¿Es qué hay un impostor entre nosotros? -puse mis manos en puños.

-No, tus amigos son demasiado leales -dijo con repugnancia-. Sin embargo yo tengo varios contactos de vampiros psíquicos a mi lado, fue demasiado fácil emplear el plan una vez que la hermosa Kathia tuvo la ubicación de tu padre.

-¡Eres un bastardo!.

Traté de golpearlo en la cara -una idea muy estúpida de mi parte-, él se movió y me arrojó contra la mesa de cristal del centro de la sala, varios cristales se incrustaron en mi brazo.
Diana estaba descontrolada por la visión de mi sangre, trató de atacarme pero Dark Vladimir le ordenó que se controlara, ella le obedeció sin rechistar.

-¡Mark! -grité con todas mis fuerzas tratando de ignorar el dolor.

Apenas tuve tiempo de ver cuando apareció, él estába con cara de horror mientras observaba todo a su alrededor, antes de que pudiera acercarse a mí, Diana me sujetó.

-Atrás pequeño vampirito, o ¿quieres que acabemos con ella? -dijo con fingida inocencia Dark Vladimir

Mark gruñó.

-¡Aléjate de mi chica, idiota!.

Mark se lanzó encima de Dark, aproveché para poner a prueba mis viejos conocimientos de taekwondo, con rápidez y fuerza, dí un codazo a las costillas de Diana seguido de una maniobra defensiva, logré zafarme, amolde la estaca en mi mano, decídida a matar a la que un día fue mi incondicional gran amiga.

Atada a tu almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora