Capítulo 6.

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"El amor es invisible y entra y sale por donde quiere sin que nadie le pida cuenta de sus hechos" -Miguel de Cervantes.


-¡Estás loco!... mis ojos son de color café -traté de convencerlo, pero no cayó en mi mentira.

-¡No!, son rojos, ¡si que son rojos!.

Cuando menos me lo esperaba me tomó suavemente de los hombros para darme la vuelta y mirarme.

-Ya están volviendo a su color original -advirtió.

Resoplé, dándome por vencida.

-Pensarás que soy una loca, pero ya lo parezco, así que... -me encogí de hombros-. Esto solo me sucede cuando me altero demasiado.

Ví comprensión en los ojos de Mark.

-Puedes confiar en mí...

Asentí.

-Gracias, solamente Diana y tú saben esto.

-Es raro, por qué solo algunos va...

Se calló inmediatamente.

-¿Qué ibas a decir?, ¿solo algunos qué?.

-No, no es nada.

Yo sabía que mentía, además trataba de disimular su nerviosismo, miró abajo hacia la izquierda (mi madre me había dicho que eso hacían las personas cuando mentian).

-Dime Mark, dime qué es lo que ibas a decir.

Él miró hacia la multitud donde estaba Terri, al parecer ya se había despertado del porrazo.

-No, en serio no es nada, solo qu...

En eso llegó el entrenador Julio, por lo que interrumpió a Mark y ya no supe lo que fuera que me iba a decir.

-Lissa, le has dado un golpe muy fuerte a tu amiga Terri y...

Le interrumpí.

-¡Ella no es mi amiga!.

Es una perra.

El entrenador Julio rodó los ojos exasperado.

-Bueno, a tu compañera, creo que aún así le debes una disculpa.

¿¡QUEEEÉ!?.

Mentalmente sentí mi mandíbula caer al piso.

Eso ni loca, por algo heredé el orgullo de mi madre.

-No lo haré.

-Entonces recibirás castigo.

Al verme acorralada, el entrenador no me dejó de otra así que usé mi don... ustedes saben cual. Así que le miré intensamente y le dije suavemente:

-No hice ningún daño grave y no tengo por qué pedir perdón ¿o si?.

El entrenador Julio no se pudo resistir.

-Tienes razón, perdón, ahora mismo continuaré con la clase -pero seguí insistiendo y le dije:

-Creo que es suficiente clase por hoy.

-Sí, es todo por hoy.

Buen chico.

En eso se fue y dejé de usar mi don, miré a donde estaba Terri, ella me miraba con rabia, yo le sonreí sarcásticamente.

-Así que eso fue lo que quisiste hacer conmigo -dijo Mark llamando mi atención a él.

-Lo siento no quería, no la uso con mis amigos, no sé que me pasó...

Atada a tu almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora