"Te espero cuando miremos al cielo de noche: tú allá, yo aquí" -Mario Benedetti.
Después de que Dark Vladimir me secuestró, me obligó a subir a un avión, obviamente era de él o quizás lo robó a un pobre humano que intentaba sobrevivir con su empleo.
-Oh, pequeña, tú me ayudarás con mis planes -Dark me acariciaba casi con ternura el cabello, me debatí rápidamente y casi logro morderle la mano.
-No, no lo haré.
Soltó una tremenda carcajada que logró helarme la sangre.
-Pequeña, ¿qué tu novio vampiro nunca te dijo que el mismo vampiro que te transforma... tú le obedeces una vez que eres vampiro?.
Mierda Mark, ¡por qué nunca me dijiste eso!.
Pensé.
-Así que por eso Diana te obedecía.
-¡Qué lista! -festejó Dark.
-Desgraciado, ¡primero muerta antes que obedecerte! -le dirigí la peor mirada que pude.
-Eso veremos -él ni se inmutó.
Me crucé de brazos en mi asiento mientras miraba por la ventanilla.
-¿A dónde me llevas?.
-A la pequeña París del Este, en la capital de Germania.
-¿Y qué piensas hacerme?, ¿encerrarme hasta darme por vencida?, ¿amenazarme? -le reté.
-Já... eso no funciona conmigo, te transformaré quieras o no, después con tu don intensificado gobernaré todo lo que yo quiera -se encogió de hombros-, y quien sabe quizás luego pueda obligarte a que me ames.
Me ruboricé de furia, rápidamente me levanté de mi lugar y le abofetée, algo sumamente extraño pasó (y no me refiero al color de mis ojos cuando me altero), un cosquílleo se apoderó de mi mandíbula, después sentí como mis caninos se afilaban y alargaban. Sin pensarlo ataqué con la velocidad de una cobra al cuello de Dark Vladimir, este se protegió con su antebrazo, un gusto métalico y salado inundó mi paladar, me inmovilizó con tan solo una mano.
-¡Vaya, vaya!, ya no me queda la menor duda de que eres una híbrido vampiro -ni se molestó en la mordedura de su brazo-. Esto lo pagarás, y muy caro.
Tenía que escapar en cuanto aterrizáramos a tierra firme, tendría que escabullirme, no podía permitir que me transformara, si eso ocurría todo estaba perdido para mí.
Después de un largo viaje por fin habíamos llegado.
-Átala de manos y pies -ordenó Dark a un guardia que estaba cerca.
-¿Acaso tienes miedo de que escape?.
Ojalá y mi estrategia funcionase.
-No eres nada tonta, solo lo pareces pero no lo eres, sé lo que intentas pero te hace falta mucha más experiencia para tratar de engañarme.
Dos vampiros se acercarón a mí y me amarrarón las manos y los pies, y por si fuera poco me cargarón en volandas.
La pequeña París del Este era un gran castillo, alrededor solo había montañas, bosque y más montañas, por un segundo creí que era el castillo de Drácula.
Una vez que me metierón al castillo me quitarón las cuerdas de las manos y pies, me asignarón una habitación en el cuarto piso, con el fin de no poderme escapar. Me encerrarón allí, antes de que intentara abrir la puerta escuché cuando la cerraban con llave.
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Atada a tu alma
Vampire"Una mitad de mí me decía que me mantuviera alerta, que corriera lejos de él, la otra simplemente disfrutaba del peligro estando enamorada de él." Oscuro. Misterioso. Peligroso. Él es así y ella está atada a él. *Pido disculpas de antemano por algun...