CAP 15.

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Domingo en la mañana...

- ¡Mi amor,regresé!- grité.

Dios mío, ¿dónde está Naomi?... Quizá está descansando y por eso no me contesta... Voy a su habitación.

Lo que encontré al llegar a la habitación de Naomi me dejó perplejo.

-¿Naomi, Fabrizzio?

Fabrizzio y Naomi estaban desnudos en la cama, habían pasado la noche juntos.

-Brian... ¿Qué haces aquí? - decía Fabrizzio tartamudeando y ocultando su desnudez entre las sábanas.

No podía creer lo que veían mis ojos, Naomi estaba aún dormida, quizá por la satisfacción que le había hecho sentir Fabrizzio.

Agarré a Fabrizzio, no me importaba que estaba desnudo y le empecé a propinar una buena golpiza.

En ese momento que ambos estábamos en el suelo, golpéandonos...

...

-¿Qué pasó?, ¡Ay Dios mío!- grité.

Brian y Fabrizzio estaban en el suelo dándose golpes el uno al otro, intenté retirarlos pero me di cuenta que yo estaba desnuda y Fabrizzio también lo estaba.

¿Qué había pasado aquí? Lo último que recuerdo fue a Fabrizzio brindando conmigo por la amistad y el perdón.

-¡Ah por fin te levantas de tu sueño, bella durmiente! ¿Cómo pudiste hacerme esto Naomi? No tú, ¡tanto que te amo!- decía Brian mientras me sarandeaba.

-¡Déjame, me lastimas!- grité.

- ¿Te lastimo? ¿Cómo puedes ser tan cínica? ¡Te encontré dormida en el regazo de Fabrizzio! Aquí el lastimado soy yo, nunca pensé que tú podrías hacerme esto. ¡Cuanta burla!, yo apenado por mi padre moribundo y tú divirtiéndote con mi amigo, nunca te voy a perdonar esto mala mujer, ¿Cómo pudiste?- dijo mientras se arrojaba al suelo y lloraba desconsoladamente.

Yo no hallaba qué hacer, Fabrizzio había utilizado ese momento para escabullirse, así que no hallaba explicación a lo que había acontecido.

-No es lo que piensas, ayer estaba con Fabrizzio hablando y me ...

- ¡Calla! No quiero saber los pormenores de tu aventura, me voy. No quiero saber más de ti, vete de mi vida. - gritó.

Brian recogió sus maletas y corrió a abrir la puerta para marcharse, me demoré un segundo mientras tomaba una toalla y fui tras él.

-No te vayas amor, escucha debe haber una razón, algo pasó. Yo te amo, debes creerme, no me dejes por favor. - supliqué de rodillas agarrando su pierna izquierda.

-¡Suéltame!, ¡Eres una cualquiera!...

Cuando dijo esas palabras me empujó  y liberó su pierna de mis brazos, no insistí, sólo me quedé llorando en el suelo.

No podía creer lo que estaba pasando, no encontraba explicación para lo sucedido, yo no había pasado la noche con Fabrizzio, de eso estoy segura. Y Brian... ¿Había dicho que yo era una cualquiera?... Estaba destrozada.

LA FAMILIA DE MI NOVIO©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora