Falta poco para las 5:00 de la madrugada. Como bien dijo Giles, Ángela debe de estar despierta, y ella, sigue sus órdenes.
—Son las 5:00 ya, que sueño. Será mejor que me ponga la armadura.Ángela se prepara para salir fuera, todo el mundo ya está despierto. Hasta que un hombre, con aspecto forzudo, se acerca a ella.
—Buenas, bella dama. ¿Habéis dormido bien?
—¿Se puede saber quién eres?
—Soy Leonidas. Uno de los mejores soldados de Giles y amigo de confianza del estratega Aetos.
—¿Aetos?
—Exacto. ¿Hay algún problema con el?
—No. Me tengo que ir. He de... Ponerme a entrenar....
—Je... Suerte.
Tras la desconfianza que le ha dado Leonidas, Ángela prefiere irse a un lado más solitario. Pero como es de esperar, tiene que cruzar por los demás soldados, a los cuales, les falta simpatía.
—Mirad todos, es la nueva.
—Si, la que no sabe donde se ha metido..
—Por lo menos es una belleza.... Jeje
—¡Aquí puedes hacer amigos! ¡¡JAJAJA!!
Harto de oír todo el alboroto. Giles se dirige al campo de batalla, y Ángela se queda quieta.
—¡Cerrar el maldito pico!
—¡SI, SEÑOR!
—Bueno, se prevee una emboscada de los atenienses. Nos enfrentamos con la Liga de Delos. Como sabéis, Esparta conduce la orgullosa Liga del Peloponeso, la victoria tiene que ser nuestra.
No obstante, antes de esta gran guerra final, habrán revueltas anteriores, con lo cual, tenemos que estar preparados. Los reyes nos han ofrecido una gran recompensa; una gran cena en palacio.
Los varios monarcas nos agradecerán el trabajo.
—Señor, pertenecéis a la caballería real. Sois amigo de los monarcas. Me parece que nosotros, no seremos igual.
—Panos, amigo, vosotros sois los que mantenéis a Esparta viva. Sois todos invitados.
—¿Y la nueva?
—Ángela...
Ángela está sin palabras con todo lo que está oyendo, nunca había pensado que Giles pertenecía a la caballería alta.
—Señor.... No quiero ser molestia.
—Al igual que todos, perteneces al ejército.
—Mi señor, sobre ese asunto debemos hablar. Dice Aetos con suma seriedad.*Giles mira a Aetos con seriedad*
Y Ángela sabe que le van a intentar machacar, pero también sabe que no se va a rendir.
—¡Soldados!
—¡¡Si, Señor!!
—Todos a entrenar, vamos. ¿Ángela?¡Venga, muévete!
—S-Sí....
—¿Estás bien?
—Si, señor.
Ángela entra en acción y Aetos le da un toque en el hombro.
—Ten cuidado.
Se queda mirándole fijamente, no sabe como reaccionar.Ya anochece, Ángela está en su barracón, y Giles va a buscarla.
—¿Ángela?
—Señor... Yo... Mejor me quedo.
—No.
—¿Por qué?
—Sé que Aetos te inquieta. Y por esa razón, no quieres venir. Tienes que demostrar lo que vales, y a mi, por igual. Demuéstrame que no ha sido en vano darte una oportunidad.
—¿Por qué habéis confiado en mí?
—Ahora no es momento. Vamos.
—Está bien...
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Espartana
RomanceLa guerra y el amor dominan esta historia de estilo bélico y romántico. Esta novela, centrada en la guerra de la Liga del Peloponeso, liderada por Esparta, contra la Liga de Delos, liderada por Atenas, trata de una joven espartana que no se deja pis...