—Gracias Evadne. Aunque me gustaría saber más.
—¿Más de qué?
—Bueno...Giles si me estuvo hablando de su familia, pero nunca sobre esto. Creo que me dijo que su padre era muy duro..
—Si quieres saber más sobre Lander, su hijo es el mejor que te puede hablar de él, ¿no?
—Pero no quiero herirle...
—Ya verás como no. Por cierto, ¿Se te pasaron las náuseas?
—Creo que las náuseas no eran por el embarazo, si no por lo que me estabas contando. ¿Como sabes todo eso?
—Mis poderes adivinatorios son más potentes que los de mi madre. Pero... creo recordar que Eileen, me estuvo hablando de ello.
—¿Cómo? Si por entonces eras una niña.
—No Ángela...me lo dijo estando muerta...
—(.....)
—Es un tema difícil de tratar.
—Soy tonta...
—¿Por qué dices eso?
—(....) Nada...voy a ver a Giles. Ten cuidado.
—Luego tenía pensado buscarle...
—Vuestro reencuentro va a ser emotivo.
—No sé yo...
—No seas tan negativa
—Mira quién fue a hablar....
—Jajaja
Ángela va en busca de Giles.
No habían caído muchos espartanos en la batalla.
—¡¡Gilees!!
—¡Ángela! Por Zeus. ¡¿Estás bien?!
—Si, tranquilo. Pero...¿Y tú?
—Estamos todos bien. No hay muchos muertos.
*Le abraza*
—Lo siento tanto...
—¿Qué? ¿Que pasa?
—E-Eh....
—Estás muy rara cariño...¿Ha pasado algo?
—N-No...nos vemos luego...
—Ángela conozco esa cara, me estás ocultando algo...
—(....) Mejor hablamos luego.
—Que demonios le pasará...
Ángela se va con el corazón a punto de salirse del pecho. ¿Debería preguntarle a Giles por su padre?
Entra al palacio y va a sus aposentos.
Giles se queda preocupado y decide ir tras ella.
—Amor mío.
—Giles...
—Dime que te pasa..
—Solo quería preguntarte una cosa, pero no se si debería.
—Adelante.
—Quiero que me cuentes más sobre tu padre.
—¿Mi padre?
—Si, ya que el fué también general.
—No tiene punto de comparación conmigo. El era una bestia.
—¿Qué?
—A los espartanos se nos conoce por ser muy fuertes con los entrenamientos, ser unos auténticos animales. Incluso la última prueba para poder pasar al ejército, es intentar matar al gran número de personas sin que ellos te maten a ti. Mi padre fué muy duro conmigo, al igual que con todos. ¿Pero por qué dicen que soy el mejor guerrero de Esparta? Incluso mejor que el histórico rey Leónidas. Es por que mi padre me hizo sudar, me hizo gritar, me hizo arrastrarme por los suelos del cansancio, me hizo sangrar y me enseñó ser un guerrero. Yo nunca he sido como el.
—¿Por qué yo no tuve que pasar esa prueba?
—Sabía que te iba a dejar marcada de por vida, no te gusta matar a personas inocentes, al igual que a mi. Vi el potencial que tienes en tus preciosos ojos. Por eso, te dejé entrar, a parte de que me enamoré perdidamente de ti y lo sigo estando aún más.
—Giles...
—Se que mi padre no estaría orgulloso de mí.
—Pero tu madre sí, heredaste su corazón.
—No recuerdo haberte contado mucho sobre ella.
—Emmm....
De repente entra alguien por la puerta.
—Giles...
—No puede ser posible...
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Espartana
RomanceLa guerra y el amor dominan esta historia de estilo bélico y romántico. Esta novela, centrada en la guerra de la Liga del Peloponeso, liderada por Esparta, contra la Liga de Delos, liderada por Atenas, trata de una joven espartana que no se deja pis...