Pensamientos

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—No puedo creer que seas tu... ¿Evadne?
—S-Sí, soy yo.
—Nunca pensé que te volvería a ver.
—Ni yo a ti.
*Se abrazan*
—Ya conocí a mi hermana.
—Ah sí, es cierto, Ángela y tu sois hermanas por parte de padre.
—Así es. Habla Ángela con seriedad.
—¿Pasa algo amor?
—Me pregunto donde estará ahora...y que habrá pasado con Lydia...
—Lydia es tu hermana pequeña, ¿no?
Pregunta Evadne con suma intriga.
—Sí. Estoy preocupada, ¿y si Marilee intenta ir a por ellos ahora?
—Cariño, si quieres que te sea sincero, creo que será Aetos en vez de ella.
—¡¿Qué?!
—Giles tiene razón. Si se entera que yo no soy hija suya y que además voy a cumplir 18, irá a por Demetrius, a Marilee ya no le importa el.
—Pero no...Lydia es muy pequeña como para morir.
—Igual que Tibalt...
—Siento si te hice recordar a tu hermano...
—No. Es bueno que los recuerde jejeje. No conozco a Lydia, pero quiero creer que era como ella.
—Mi hermana pequeña es muy rebelde y graciosa, siempre estaba corriendo por la casa.
—Pero tiene 5 años. Mi hermano no llegó a los 2. No puedo decirte mucho sobre el, pero siempre estaba con una sonrisa en la boca y soltando carcajadas.
—Jajajaja sí, recuerdo que una vez tu madre me dejó cogerlo. Habla Evadne emocionada.
—Marilee...terminó con su vida, a tan poca edad. Algún día tendrá su merecido.
—Lo aseguro cariño.
—Eso, creo que lo sabe todo el pueblo de Esparta, querido primo.
—Giles, según Evadne, Leah era...
—Mi hermana...siempre estaba con hombres, parecía que era su afición. También era muy rebelde y pícara. Se entrenó para ser guerrera junto a mí, aunque sin la aprobación de mi padre. Pero le dió igual, no se llevaban bien.
—Giles, le conté a Ángela todo lo que sucedió entre tu madre y Marilee, y todo el pasado de tu familia, hasta su fin...siento si me metí....
—Para nada, los recuerdo con una sonrisa.
He estado pensando mucho sobre como los mató, se me pasan por la cabeza las ideas más macabras...pero no les hago caso.
—Marilee está loca. Si antes lo estaba, ahora lo está más todavía.
—¿Crees que nuestra hija podrá sobrevivir a ella?
—Sí. Y hacerme caso, llamarla Atenea. Plantarle cara a la bruja. Si no le ponéis ese nombre, querrá decir que os rendís ante ella.
—No se cansará algún día...
—Ella acabará consigo misma. De hecho, se está matando poco a poco. El mal le consume...y pensar que pudo haber sido una niña sana y feliz.
—La verdad hermana, no la culpo... Aunque esté haciendo todo el daño que está haciendo...la culpa es de su padre...
—En ese sentido sí. Pero fué injusta con su hermana y lo está siendo con todos.
—También llevas razón...pero en lo más profundo de mi alma...me da pena...
—Creo que a ti y a todos.
—A mi, no. Tenéis mucha razón en que la culpa no es del todo suya, si no de sus progenitores. Pero es el mal que la consume, es ella misma.
—Dejemos el tema...no me encuentro bien....
—¿Qué te pasa cariño?
—Me duele la cabeza y estoy mareada.
—Hermana...creo que todo esto te está afectando...
—(....)

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