Sabes como vas a acabar, sabes como vas a sufrir, lo sabes todo a la perfección querida...
No tienes a nadie, estás arruinada. Voy a ir a por ti, esta vez te mataré, LO JURO.
—¡¡Ahhhh!!
—¡¿Ángela?!
—¡G-Giles!
Una terrible pesadilla había perdurado en su memoria, se abraza a Giles al instante.
—Tranquila... Solo ha sido una pesadilla.
—F-Fué horrible...
—Shhhh... Ya pasó
*Le acaricia el cabello*
—¿Que veías en ella?
—Alguién me decía que sabía que iba a sufrir, que iba a morir, y que me iba a matar...
—Marilee... No sabe que hacer para hacerte daño, no le hagas ni caso.
—Tengo miedo cariño. ¿Y si cuando nazca nuestra hija intenta hacerle aún más daño?
—No pienses en eso, no vamos a dejar que ocurra.
—(....)
—Venga, volvamos a descansar.
—A-Ah...
—¿Estás bien?
—Je... Si, solo ha sido nuestra hija... me ha dado una pequeña patada.
—Tiene carácter jajaja.
—Jeje
—Como su bella madre
—Será por que tu no tienes ¿verdad?
—Tú me ganas.
—Ya... ni en sueños.
—Venga, vuelve a coger el sueño, mañana no podrás levantarte de lo cansada que estarás.
—Vale...
Amanece, y, como es de costumbre, Giles se levanta temprano para ir al campo de batalla. Después, Ángela se levanta y decide ir a dar un paseo por las calles de Esparta. Hasta que..
—Ya te echaba de menos.
—Que pesado eres.
—Veo que tu hija está ya crecidita... Quisiera hacerte una pregunta.
—¿El por qué eres imbécil? Eso te lo puedo responder fácilmente.
—Cariño, deja de tirarme piedras.
—Yo no soy tu "cariño" ni nunca lo seré.
—Bueno, ¿crees que podrás dar a luz a tu hija?
—¡¿Como?!
—Hay muchas mujeres que...por desgracia, mueren antes o después de parir.
—Oh vamos. ¡¿Quieres irte de una vez?!
—Estás agresiva... como siempre, eso es lo que me enamora de ti...le tengo que preguntar a Giles como se siente al poder besar tus fantásticos atributos...
Inmediatamente, ella qle pega una fuerte palmada en la mejilla.
—Eres un cerdo asqueroso.
—(....) De esta no te libras.
—¡¡¡Que me sueltes!!! ¡A-Ah!
Desliza sus manos de la cintura para arriba...le intenta besar el cuello...Ángela no puede moverse al estar contra pared. No obstante, le pega un codazo en el abdomen y diversos puñetazos.
—Ojalá te mueras...
—Perra... Algún día serás solo mía.
Ángela se va corriendo a sus aposentos, no pensaba en como se pondría Giles si se enterase, que lo iba a saber, estaba claro.
Leonidas está tirado en el suelo, con sangre en los labios. Aetos, acude a su llamada.
—Aetos... Ayúdame... Arg
—No pararás de una vez. ¡¿Como se te ocurre intentar agredirle?!
—Solo cumplo órdenes...
—Será...
—Pero es que no me puedo resistir... no me la puedo quitar de la cabeza.
—Pero ella no te quiere idiota, abre los ojos de una maldita vez.
—Yo...
—Tú nada. Déjala tranquila de una vez.
—¿Y eso que la defiendes?
—Pues...
—¿Que pasa? De repente eres un buen chico... Uy...
—Te vas a quedar en el sitio
—Yo no.. Si no tu...
—(....)
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Espartana
RomanceLa guerra y el amor dominan esta historia de estilo bélico y romántico. Esta novela, centrada en la guerra de la Liga del Peloponeso, liderada por Esparta, contra la Liga de Delos, liderada por Atenas, trata de una joven espartana que no se deja pis...