7 latigazos

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—¡¡Que me sueltees!!
—¡Cierra el pico! *Llegan a los aposentos y la tira contra el suelo*
—¿E-Evadne? ¡¿QUE LE HABÉIS HECHO?!
—Tranquila...solo está durmiendo, tú si que vas a sufrir.
—Eres una bruja...
—Te doy la enhorabuena por el nacimiento de tu niña....la llamaste Atenea jajaja
—¡¡Yiaaa!!
—No intentes atacarme. Leonidas, desnúdale y ponla contra la pared.
—¡¡No!!
—Por fin veré tu precioso cuerpo
—¡Dejadme en paz!
—Vamos a darte 7 latigazos, a ver si aprendes...
—¿S-Siete?....(ya se por qué lo pronunciaba Evadne)
—Eso es. *la pone contra la pared* Quédate ahí quietecita...
—Os mataré de todas formas.... ¡Ah!

7 latigazos en la espalda, cada uno, pesaba más que el otro...

—¡¡Sufre!!
—¡¡A-Ah....!!
—Vale, Leonidas, déjala...

Ángela, cae derrumbada llena de sangre, no podía más.
En los momentos que estuvo inconsciente, iba recordando su pasado. Quién le iba a decir que iba a pasar por todo esto...pero ella, no solo veía lo negativo. También veía que, si nunca hubiese decidido formarse en el ejército espartano, no se hubiese enamorado...ni hubiese tenido los momentos de felicidad que tuvo.
Y, después de haber pensado en todo....oía como gritaban su nombre...

—¡Señora Ángela! Pronunciaba temblorosamente una sirvienta, al ver su espalda desnuda ensangrentada. No tardó en llamar a Giles.
Se acercaba más a su amada, cuando la vió. Sintió como su sangre ardía y como su corazón latía con rabia y pena a la vez.
—¡¡ÁNGELA!! Fué hacia ella y la retuvo en sus brazos a punto de soltar lágrimas, la tapó y se la llevó a los aposentos.
—¡¡MARILEE!! ¡¡JURO POR MI VIDA QUE TE MATARÉ!! *Gritaba con fuerza, mientras sostenía a Ángela en sus brazos*
Si en su mirada se le veía rabia, en su voz...se le veía venganza.
La dejó en el lecho al cargo de unas sirvientas. Lleno de ira, fué a por Leonidas. Pero, en un momento determinado, oyó una voz.
—Hijo...no lo hagas, no es el momento. Tu prometida se pondrá bien y recuerda que eres padre.
Era la voz de su madre y justo, cuando esa voz despareció, vió a su prima tambaleándose por las paredes del castillo.
—E-Evadne
—Ángela... Y en pronunciar su nombre como si fuese un suspiro, se desmayó.
—Mierda... Coge a su prima y también se la lleva consigo. La única que era feliz, era Atenea, eso por descontado. Por lo menos la pequeña siempre sonreía.
Entran a los aposentos, y, Ángela está despierta.
—G-Giles...
—Shh....todo pasó.
—(.....)
—La venganza llegará a su tiempo, ya lo verás. Ahora Evadne y tú, debéis de descansar.
—¡¿Q-Qué ha pasado?!
—Tranquila, está bien.
—(.....) Giles....no hagas nada...
—¿A qué te refieres?
—Se que ibas a por Leonidas...es como si te hubiese visto. Aún no es la hora
—Ya...lo sé.....
—No te separes de mi.
—Y no lo haré, te lo prometo. *Le besa el cabello*

Mientras, Marilee estaba sola. Lo mismo que le habían hecho a Ángela...se lo estaba haciendo ella misma.....

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