Tensión

114 11 1
                                    

Hoy ya era un día de duro trabajo y entrenamiento. Aunque se veía que no iba a ser buen día. Panos se acercaba al barracón de Giles.
—¡Giles!
—¿Que te pasa? Pareces alertado
—Verás... Hay un montón de muertos en medio del campo de batalla....
—¡¿Que?!
—Tienes que ir de inmediato.
—Mientras, ve a buscar a Ángela.
—Enseguida... pero....¿Que le digo?
—¡Venga!
—Si si...
Todos los soldados estaban sorprendidos, sin habla....
—Zorra...
—¿Quién ha sido, mi señor?
—Marilee...
—Joder, ¿Esa bruja?
—Si. ¿Y Ángela?
—Bueno... No está en su barracón
—¡¿Que?! No me digas que...
voy a buscarla.
—Lleva cuidado, el cabrón de Leonidas estará por ahí, a saber.
—Que se acerque a ella.
—(...)
Giles corre en busca de Ángela. Hasta que ve que estaba en una especie de templo.
—*Suspira* ¿Á-Ángela?
—¿Giles? Siento por llegar tarde...
—Menos mal que estás aquí...
—Vienes muy cansado...
—Verás... Hay un montón de soldados muertos en el campo de batalla...
—N-No puedes hablar en serio...
—No tiene pinta de broma amor mío.
—(....)
—Mmmm...
—Vamos, general
—Vamos.
De camino al campamento, notan como que no están solos.
—G-Giles...
—¿Que pasa?
—¿No notas una presencia rara?
—¿Has descansado bien esta noche?
—¡No estoy de coña!
—Ángela tenemos que solucionar lo de los soldados, será imaginación tuya.... Vamos más rápido
—Si...

-Mientras-

—¡¡Siiii!! ¿Ya sabes lo que hacer Leonidas?
—Si, mi señora.
—Estupendo.... Ángela va a venir rendida a mis pies...
—(...)
—¿Que?
—Nada...
—Así es que la tal Ángela te tiene enamorado...
—N-No...
—¡¡Déjate de tonterías!! Además... Ella y Giles mantienen una relación...Jamás estará contigo.
—Estoy de acuerdo. No obstante, no empecéis por ahí...
—¿Como?
—Soy amigo de confianza de Aetos, puedo decirle que le engañáis con otros hombres cada dos por tres. 
—Dile lo que quieras...Nuestro matrimonio está muerto, solo lo quiero de conveniencia... Ya me libraré de el. Sin embargo, tu, puede ser que no salgas vivo como se te escape la lengua. ¿Clarito?
—Lo siento, mi señora
—¡Largo de aquí!
Leonidas, aterrorizado por Marilee... La cual no sabe como poder seguir fastidiando a Ángela. ¿Que habrá intentado esta vez?
Giles y Ángela llegan al campamento.
Panos no estaba.
—Aetos
—¿Si, mi señor?
—¿Y Panos?
—No lo sé.
—(....)
—Ya he ordenado que quitasen a esa chapuza de nuestros ojos.
—Antes quería verlos. A lo mejor los conocía de algo
—Jeje... ¿Que tal estáis Ángela?
*Le mira con asco y se va.*
—Aetos no le intentes hablar. No te pases.
—Solo intento ser sociable.
—Te ordeno que lo dejes de ser. Déjala tranquila.
—Como ordene, mi señor
Ángela ve de fondo a un hombre.... Ese hombre era Panos... Ensangrentado por una lanza.
—¡¡Oh Dios!! ¡¡¡Giles!!! ¡AYUDA!
—¡Ángela! ¡¿Que pasa?!
—¡Panos! ¡Mira al fondo!
—(....)
Giles corre a toda velocidad.
—¡Panos!
—Giles...
—Aguanta, saldrás de esta...
—Jeje, ya estás aburrido de mi.
—Eso nunca.
—No sabes... Los buenos momentos... Que hemos pasado juntos...
—¡Y aún nos quedan muchos por delante!
—Hehe *Tose* me parece que no... Amigo mío...
—(...)
—Escucha... Protege a Ángela.... Casaos... Tened hijos... Llevad una vida...una vida....
—¡¿Panos?!
—(....)
—No...¡NO!...¡Aetos!
—Mi señor
—Quiero que ordenes a todos los soldados que se presenten en el campo de batalla, he de encontrar al asesino.
—Giles...
—Ángela
—Sé quién fué...
—(...)




EspartanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora