Atenea: Diosa de la guerra

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—¿Ángela? ¡¡Ángela!!
—E-Estoy bien, solo que muy mareada...
—Te prohibo que vayas a luchar. No estás en condiciones.
—Pero Giles...
—Por favor, Ángela, tu salud es lo más importante.
—Está bien... Pero...
—No hay peros, descansa.
—¿Crees... lo que yo creo que es?
—Mmm...Ángela... ¿Estás... Embarazada?
—Creo que sería lo lógico.
—Pues no es motivo para defraudarse... Quiero ser padre contigo.
—¿Crees que este es un buen sitio para criar a nuestro hijo o hija?
—Nos instalaríamos en palacio...
—¡¡¿¿QUÉ??!!
—Se lo que piensas.
—Ni harta de vino...
—¿Entonces que hacemos? Te recuerdo que en palacio no solo están Aetos y Marilee, también los monarcas, nobles, etc.
—Ya...
—Solo sería durante un tiempo. Pero juro que no te tocará un pelo, por encima de mi maldito nombre.
—Supongo que tienes razón...no podemos cuidar a nuestro hijo en un ambiente de sangre y muerte.
—Los monarcas lo entenderán...
—Espero.
—Y yo espero no verte andando por el campo de batalla.
—Está bien...
Giles se va bastante preocupado, sabe que Ángela no se quedará quieta. Y así es, prefirió irse al templo. Pero...¿Para que quiere ir allí?
Se arrodilla enfrente de Atenea, diosa de la guerra. Siente una gran devoción por ella. Giles, que sabía que Ángela no se había quedado descansando como le había dicho, fue a donde él creía que estaba, en el templo.
—¿Ángela? Sabía que estabas aquí
—Lo siento Giles, prefiero estar con mi diosa que descansar.
—¿Tu diosa?
—Me veo reflejada en Atenea.
—Ya veo... Me recuerdas mucho a mi madre...
—Tengo curiosidad... Cuéntame sobre tu familia.
—Mi madre se llamaba Eileen. Era igual que tu, guerrera, con buen corazón y muy empática e intuitiva.
Mi padre, Lander, era todo lo contrario. No era muy simpático y siempre era muy cruel con los enemigos...a pensar de ello, tenía buen corazón.
—¿Tenía?
—Je, murieron todos.
—¡¿Que?! Lo siento...
—También tenía 2 hermanos mayores.
Leah, siempre estaba con chicos, era muy promiscua y provocativa. Le lapidaron por adulterio. Y Tibalt, mi hermano pequeño. No te puedo contar mucho de el, desapareció al año, justo cuando mis padres murieron.
—Cielos Giles, no tenía ni idea...
—Tranquila, me gusta recordar a mi familia. No creas que a ti te pasará lo mismo, no tiene porqué.
—Giles...
—Dime
—Siempre estaré contigo, nunca te dejaré, te lo juro.
—Te digo lo mismo. También he de decirte que te pareces realmente a Atenea en el carácter jajaja
—(.....)
—¿Pasa algo?
—Siento como si algo ha pasado y yo no lo he descubierto...
—Em...
Unos soldados, al ver a Ángela y a Giles en el templo, se dirigen rápidamente hacia ellos.
—¡Señor Giles!
—Pareceis alertados
—(...)
—Hemos encontrado una mujer enterrada al lado del campo de batalla.
—¡¿Qué?!
—Giles...Te lo dije.
Todos se acercan corriendo. Ángela no quiere creer en lo que está pensando en estos momentos.
—Mirad
—Por Atenea...
—¡¿M-Madre....?!
—Como....¡¿Es tu madre?!
—N-no...¡No puede ser!
—(....)
—La mataré....lo juro por mi vida. ¡¡¡LA MATARÉ!!!
—(....)

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