Batalla

344 39 33
                                    

Pasamos el resto del día hablando de cosas como las que todo joven en el ejército puede mencionar. Y por primera vez, yo era incluido en la conversación. Otra razón para que Sneaky y Ka-boom sean de mi agrado.

Y bien, ¿qué los trajo aquí?

—Eztaba eztudiando reztaurazión y conztrucción de máquinaz y aparatoz en una univerzidad privada. Y bueno, laz colegiaturaz eztaban hazta por loz zieloz; miz padrez no quizieron finanziarme, ziempre odiaron mi carrera...

—¿Por qué?

—Porque elloz querían que yo fuera médico, como toda mi familia.

—Eso suena aburrido.

—Fliqpy piensa que es aburrido

—Ya somos trois.

—¡Cuatro! odio la medizina hazta loz huezoz. En fin, nezezitaba hallar una manera de ganar dinero, pero no había empleo en ninguna parte, azí que dezidí enliztarme en la "armada de jóvenez eztudiantez" un programa que antez había para apoyar a chicoz como yo. Pero la guerra tuvo que empezar y puez, todoz fuimoz llamadoz a la lucha.

Exactamente lo que nos pasó a nosotros.

Casi. A nosotros nos pasó algo parecido.

—Que chance la suya, acabaron aquí por accidente.

¿Acaso llegaste aquí a propósito?

¿Llegaste por voluntad propia?

—Aucun, por supuesto que aucun, me obligaron a venir. Bon, no totalmente pero oui lo hicieron.

—Explícate.

—Desde que era un enfant me atrajeron los explosivos.  J'aimais
hacer mis propios cohetes y fuegos pirotécnicos. Le dije a mi père que quería trabajar en la construcción de bombas.

Eras un maldito pirómano.

La piromanía es diferente Fliqpy.

—Exact, no tiene nada que ver con lo que me refiero.

—Zeguro— afirmó sarcástico el de pelo verde.

—El punto es, que él no estuvo muy heureux con mi decisión y creyó que sería bueno enviarme a un campamento de reformación, para "cambiar mis ideales" — exageró unas comillas con sus dedos— pero lo que no se esperaba era que en ese lieu apoyaron mis expectativas y... Bon, heme aquí, construyendo bombas.
Lo único que sí lamento es la guerra y...

¿Y?

¿Y?

—Y, bon, que al hacer esto mi père dejó de reconocerme como su hijo.

Eso es absurdo, de seguro que tu padre era un tonto, sin ofender.

¿A qué sabe la vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora