Promesa

276 34 22
                                    


Mi cuerpo recobró la capacidad de sentir.
Estaba recostado otra vez, en una superficie plana y suave, constante.

Traté de abrir los ojos pero lo único que fue oscuridad y una que otra lucecita de color titlante alrededor.
Giré sobre mi cuerpo y caí a una superficie dura y fría. Me levanté, tambalee un poco pero conseguí mantener el equilibrio. Caminé tanteando con las manos de no chocarme con naday con los pies tratando de no tropezar.
Palpé una pared finalmente, mi mano temblorosa se deslizó a través de ella hasta que tocó algo de plástico. Lo oprimí y las luces se encendieron.
Imposible. Estaba de nuevo en aquella habitación donde desperté con cuerpo propio la primera vez. Los aparatos extraños, las máquinas, las computadoras, las tablas de datos, todo estaba allí.

Me acerqué a una de las máquinas; de una de sus rendijas sobresalía una larga tira de papel con ondas dibujadas, eran muy irregulares e incluso daban miedo.
Caminé un poco más y me topé con un tanque transparente; se veía la humedad en su interior, como si recién lo acabaran de vaciar.
Pensé que si estaba en ese lugar de seguro que Sniffles también debía de estarlo. Y, con un poco de suerte, Flippy también.

Pasé frente a un espejo y noté que no traía puesto otra cosa mas que una especie de calzoncillo miniatura que apenas y cubría mis partes esenciales.
Miré mi reflejo y me ruboricé de vergüenza, aunque nadie me estaba viendo, me daba vergüenza.
Corrí al otro lado de la habitación buscando mi ropa. No podía hallarla en ninguna parte, por mi mente comenzaron a pasar todo tipo de ideas
Gracias al cielo  la hallé detrás de una caja llena de artilugios extraños. Me vestí como un rayo, me puse la chaqueta militar y la boina nuevamente.

¿A qué sabe la vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora