Aceptarlo

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Las ventanas color verde turquesa se abrieron de golpe, nos cegó una luz blanca y brillante, y se volvieron a cerrar.
Flippy hizo un esfuerzo por aclarar la vista. Entonces vimos algo.
Estábamos en una habitación blanca con piso gris, había máquinas y computadoras en ella, también había otras máquinas diferentes muy extrañas que no me imagino ni para qué son.

-Aahg... ¿Dónde estamos?

-No tengo idea.

-Fliqpy... ¿Qué... Qué fue eso?

-¿Qué fue qué?

-Tú sabes qué fue qué, eso- sabía perfectamente de lo que hablaba.

-Yo...

-...

-...

-...

-...

-Olvídalo. Debemos salir de aquí.

Flippy trató de levantarse de la mesa de revisión sobre la que estábamos, pero en el intento cayó al suelo; noté entonces algo increíble: nuestras muñecas estaban como nuevas, como si nunca se hubieran roto en la vida, sin embargo estaban cubiertas por vendas, al igual que prácticamente todo nuestro cuerpo.
El estruendo que hizo Flippy al caer fue enorme e imposible de ignorar.
Se oyó el sonido de una puerta abrir.
Flippy volteó rápidamente para ver de qué se trataba; podríamos estar secuestrados por el enemigo, no podíamos bajar la guardia.
Pero lo único que vimos fue a un chico de cabello azul cielo vestido con una bata de científico y lentes, que por cierto, estaban rotos del medio.

¿A qué sabe la vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora