¿A qué sabe la vida?

Hogar

-¿No te parece atractiva la luna desde aquí?

-Fliqpy, apenas puedo ver, sólo veo una mancha blanca en un fondo azul oscuro.

-Entonces lo ves.

Como por arte de magia los cuerpos habían desaparecido junto con toda la sangre derramada, de seguro que ya habían dado las doce, media noche, otro día.
Realmente aquel enorme tronco me parecía muy pero muy acogedor, de cierta manera me hacía sentir en casa aunque nunca hayamos tenido una realmente; me recordaba un poco al campamemto, y eso me traía nostalgia, pero en general me parecía agradable, al menos para mi.

-Flippy, creo que este tronco es hueco; ¿te parece si lo exploramos?

-Mmmhh, está bien. No se cuál sea el punto pero está bien.

-Ya lo verás.

Me dirigí a uno de los extremos del tronco, sorpresivamente estaba sellado, la otra punta también estaba sellada, pero tenía un agujero por el que entraba una persona a la perfección.
Entramos. El interior a pesar de ser de noche estaba iluminado por la luz que la luna reflejaba; algunas áreas las paredes eran lisas y en otras eran ásperas. Me pasié por el lugar, en suelo era firme, de roca.
Era perfecto para que se convirtiera en un hogar.

-Flippy tienes que salir y ver esto con claridad.

-Sí por favor, porque desde aquí no veo mucho que digamos.

Me detuve en medio del lugar, cerré los ojos y respiré profunda y lentamente. Volví al interior y Flippy salió.
Él examinó el interior del tronco casi como yo lo hice. Lo hacía de una manera metódica. Finalmente dio su veredicto.