Tanatofobia

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Dedicado a todos
los tanatofóbicos
como yo.































—¿Mon ami? ¿qué haces ici? aun no te toca. Encore ne vous touche pas.

—¿Flippy? no deberíaz eztar aquí. ¡No ez lo que pedimoz!

—Déjalos vivir. S'il vous plait. Nosotros vamos contigo pero a ellos déjalos, aun tienen mucho por delante.

—Por favor. Dález una zegunda oportunidad; pueden hazerlo mejor... Eztoy zeguro de ello.



































El lugar donde estaba era frío, hacía una corriente de aire helado y todo era gris, muy similar al interior de Flippy, donde yo pasaba la mayor parte del tiempo.

Me levanté y me sorprendí de que en ese lugar no hubiera mas que una dimensión, no había suelos ni muros ni techos.
Me miré a mismo ya mas despierto y caí en la cuenta que tenía el control, aún lo tenía.

Flippy— traté de hablar con él—Flippy ¿estás allí?

Nadie respondió.
Comenzé a caminar sin poder orientarme. Mis pasos andaban en la nada, igual que mi pensar. En eso, alcanzé a ver un pequeño bulto en lo que podría llamar el suelo, no se movía. Me acerqué poco a poco hasta que pude ver un camuflaje militar estampado en el bulto.
No era un bulto, era una persona.
Era Flippy.

Me detuve centímetros antes de toparme con él; giró la mirada y me vio, pero luego sólo hundió la cabeza entre sus piernas que abrazaba.
Se veía tan indefenso, pero aún estaba enfadado con él. Lo que hizo en el campo de batalla no tiene perdón, era algo tan simple como lanzar un cuchillo, ¡y el muy inútil falló por mucho!
Era tan increíble, que por unas tonterías tan idiotas como confundir una rebanada de pizza con un cuchillo murieran personas importantes.
Todos estos pensamientos se agolparon en mi mente en el instante que a Flippy, ahí, sólo abrazando sus piernas.
Tenía tanta rabia que exploté sin mas.

¿A qué sabe la vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora