¿A qué sabe la vida?

Sábanas

Me morí haciendo
esto, así que
valórenlo.

-¿Flippy?

-...

-...- me acosté a su lado en la cama que aún compartíamos.

-...

-¿Quieres... Hablar?

-Hablar ¿sobre qué? Huh... No sé qué hicimos mal... ¿Qué hicimos mal?

-Nosotros, y especialmente tú no has hecho nada mal.

-¡¿Pero por qué es tan difícil dejar el pasado atrás?! ¡¿por qué no simplemente se vuelve polvo y desaparece?!- sus manos apretaron la almohada que abrazaba.

-...

-Quizá no es nuestro destino vivir una vida normal como cualquier otra persona... Tal vez Dios no quiere eso...

-¿Y tú desde cuándo eres un religioso encomendado a Él? ¿eh?

-... ...Es que no hay manera de ser feliz en este lugar... Es imposible...

Su voz estaba temblando, como si estuviera a punto de llorar; puedo estar seguro de ello.
Estiré mis brazos y lo enrollé por la parte baja del torso. Flippy tembló de pies a cabeza apenas y hube hecho eso. Un escalofrío recorrió mis hombros.

-Eres muy depresivo ¿sabes? más que yo...

-Lo sé. Se supone que por eso existes ¿no?- giró su cabeza y su nariz rozó con la mía.- no sé qué habría hecho sin ti.

Su mirada estaba fija; yo me perdía en sus ojos. Sus labios se posaron en los míos, suaves. Tan cálidos como siempre, ni siquiera sé como es posible que pase lo que pase siempre están cálidos.
Por mi mente pasaron muchas cosas. Pícaro, introduje mi lengua en su boca; era caliente. Él abrió los ojos como platos.