Ida

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"—¿Acaso aucun sabes lo que es la privacidad? ¡PRI-VA-CI-DAD! ¡P-R-I-V-A-C-I-D-A-D! ¿tienes idea de cuánto me costó deletrear esa palabra?"

Esas habían sido las palabras exactas de Ka-boom cuando husmeamos entre sus placas, y accidentalmente repetí una de sus frases; cada vez que menciono algo que tenga que ver con ellos es para que se deprima por una semana.

Un poco mareado caminé hasta salir de la habitación y llegar a la sala de estar. Flippy estaba allí, en el sofá mas pequeño hecho un ovillo.
Me acerqué a él y me recargué en el respaldo; acaricié su cabello. Un escalofrío de su parte hizo que mi mano temblara.

Flippy, lo siento. Realmente lo siento; no quería hacerte pensar en eso.

—...

—Oh vamos Flippy, háblame.

—...

—¡Flippy! por todos los cielos ¡no seas tan egoísta! ¡¿sabes lo difícil que es esto para ?!

¡¿Por qué sería difícil para ti?! ¿eh? mencióname un problema que tú tengas que sea mas importante que esto.

—...

—¡Vamos! estoy esperando.

—...— hubiera querido decírselo en ese instante, pero si lo hacía se sentiría aún mas culpable. Tenía que darle por su lado.

—...

—Supongo que tienes razón. Yo estoy siendo egoísta— di una vuelta alrededor del sillón para encontrarme frente a él y abrazarlo— lo siento.

Está bien— correspondió a mi abrazo— todos cometemos errores. Yo tampoco debí haberte presionado allá en el dormitorio.

¿A qué sabe la vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora